En medio de las pesquisas de las autoridades sobre el homicidio de un hombre que fue descubierto en una zona boscosa del barrio El Progreso, la mañana de ayer, se conoció que la víctima fue atacada a golpes con una piedra y también fue apuñalada.

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El macabro crimen fue descubierto en medio de la búsqueda de dos atracadores que minutos antes habían robado a una mujer, por lo que los vecinos del sector intentaron agarrarlos para entregarlos a las autoridades.

Sin embargo, cuando uno de los habitantes de este popular sector que colinda con el Anillo Vial Occidental y la urbanización Los Estoraques, estaba tras las pistas de los ladrones, se percató de que en medio de la maraña estaba el cadáver de un hombre.

La víctima tenía la cabeza ensangrentada y con evidentes golpes en la cara. Además, los investigadores judiciales le vieron varias puñaladas en su cuerpo.

Uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta arribaron al lugar y custodiaron la escena del crimen, mientras los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se encargaron de la inspección y el levantamiento del cuerpo.

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Según se conoció, el hombre asesinado tenía un tatuaje en un brazo con un tigre y la palabra “Nancy”, además, en el abdomen tenía otro tatuaje, lo que servirá para que sea identificado y reconocido por sus familiares.

La víctima vestía bluyín, zapatos de color gris y una camisa blanca y azul.

Por ahora, las autoridades desconocen los móviles y autores del crimen, por lo que avanzan en las investigaciones para esclarecer este hecho.

Los vecinos del lugar presenciaron la diligencia judicial y asimismo, aseguraron que no habían visto anteriormente a este hombre en el lugar.

Homicidio tras homicidio

Esa zona de la ciudadela Juan Atalaya ha reportado algunos asesinatos en la última semana, uno de ellos se dio la madrugada del jueves, en la calle 17 con avenida 47, del barrio Antonia Santos, donde asesinaron de tres puñaladas a Gerson Duván Navarro Ropero, de 31 años, cuando dormía en un canal de aguas.

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Los familiares aseguraron que, a pesar de que su ser querido era consumidor de drogas, no se metía con nadie y no conocían de amenazas o problemas en su contra.

Sin embargo, el consumo desmedido de bazuco lo llevó a vivir en la calle, situación que fue aprovechada por el homicida que lo atacó a la 1:30 de la madrugada.

Las autoridades también avanzan en las pesquisas de este hecho, en la ciudadela Juan Atalaya, donde el microtráfico de drogas desencadena múltiples hechos de violencia.

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