A Melisa la mataron entre varios hombres

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La Opinión

“Eran distintos hombres los que estaban con ella cuando se escucharon sus gritos de auxilio”, explicó entre la resignación y la rabia una familiar cercana de Melisa Alexandra Carvajal Sánchez.

La mujer de 40 años fue encontrada sin vida el martes, a las 9:00 de la mañana, en el cambuche donde vivía frente al barrio Navarro Wolf, en Villa del Rosario, a pocos metros del Anillo Vial Oriental, en un lote abandonado.

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Mientras la investigación judicial avanza para esclarecer quién fue la persona, que le propinó una puñalada en el pecho, junto con un golpe en la cara, con un objeto contundente, a los familiares de la víctima les han llegado varias hipótesis y detalles sobre el asesinato.

Melisa Alexandra tuvo una vida complicada, gobernada en gran parte por su adicción a las drogas, desde los 14 años, y se mantuvo durante toda su vida, recordó su familia.

Su ansiedad por las sustancias alucinógenas, con el pasar de los años, aumentó de tal forma, que prefirió abandonar la casa de su mamá hacía cinco meses, para irse a vivir en aquel cambuche, donde fue brutalmente asesinada.

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Fue así como otras personas, que también transitan por la zona en condición de calle, que le comentaron a los familiares que su muerte participaron varias personas, pues esa noche escucharon algunas voces de hombres discutiendo y ofendiendo con groserías a la mujer, alrededor de las 11:00 p. m.

“Me dijeron que ella estaba sola alegando contra ellos, pero cuando los ánimo se intensificaron, lo siguiente que escucharon fueron sus gritos desaforados, pidiendo auxilio y ayuda, luego de un tiempo, ya no se escuchó nada más”, comentó una familiar de Melisa Carvajal.

El rumor que ha llegado a oídos de sus allegados, con relación a un posible responsable de la muerte de la mujer, es sobre el dueño de la ‘olla’ de un barrio cercano, quien le había asegurado, al parecer, luego de tener un problema con ella, que las cosas no se iban a quedar así.

Durante muchos años, todos sus familiares, se empeñaron en alejar a Melisa Alexandra de los vicios, pero fue imposible. Estuvo internada en centros de rehabilitación de Cúcuta y Bucaramanga, y aunque su compromiso de cambiar arrancaba con buen pie, la desesperación de seguir consumiendo la hacía renunciar al poco tiempo.

Su relación con el padre de sus tres hijos, también estuvo manchada por la droga, pues ambos eran consumidores cuando se conocieron, sin embargo, pese a que los dos entraron a rehabilitarse al mismo tiempo, solo él creó la resistencia para dejarlo.