La escena del papá de una niña, de tres años, tirado en el piso, ensangrentado y abrazando el cuerpo sin vida de su pequeña, que acababa de ser atropellada por un camión, ayer al mediodía, le puso los pelos de punto a más de un habitante del barrio Nuevo Horizonte.

Ese lamentable hecho está cargado de misterio. Las autoridades de Tránsito no saben si se debió a una imprudencia del conductor del vehículo de carga pesada, blanco, y placas EYY675, o si se trató de un descuido.

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Para resolver este caso, las unidades del Laboratorio Móvil de Criminalística de la Policía de Tránsito de Cúcuta revisan los videos de las cámaras de seguridad de la avenida 9 con calle 19 de ese popular sector de la Ciudadela Juan Atalaya y recolectan testimonios

Los uniformados también se llevaron para un patio el camión y la motocicleta, azul, en la que estaba montada la niña, para revisarlas minuciosamente.

“Ella se la pasaba jugando con mi hijo, es muy triste porque la bebé estaba comenzando a vivir”, dijo una habitante aterrada.

El accidente lamentable

Según algunos testimonios, el accidente se registró hacia las 12:15 del mediodía, a esa hora la niña habría llegado junto con su papá y una hermana mayor en la moto hasta un negocio.

Las tres personas se bajaron del automotor, luego el papá comenzó a hablar con una persona y al cabo de 20 minutos él se despidió, montó a sus hijas en la moto, que estaba paqueada en el lado derecho de la vía y apagada.

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En ese momento la niña se cayó de la motocicleta y fue atropellada por el camión, que se desplazaba en el sentido Niña Ceci-Nuevo Horizonte.

“Es muy triste porque, al parecer, el viento también tumbó la moto y el camión le pasó a la niña por la cabeza, dándose una escena muy cruel”, contó un habitante.

El vehículo frenó metros más adelante, el conductor se bajó y observó a la niña tirada en el piso, luego el papá se acercó al cuerpo y lo cogió, se tiró al piso y comenzó a abrazarlo y a llorar.

La Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) se desplazó hasta el lugar y acordonó la zona y le dio aviso al  Laboratorio Móvil de Criminalística de la Policía de Tránsito para que se encargara de la inspección técnica y el levantamiento del cuerpo.

Durante una hora los peritos forenses revisaron minuciosamente el sitio y recolectaron diferentes evidencias, ante las miradas aterradas de una veintena de curiosos.

Hacia la 1:00 p.m. los uniformados le pidieron al papá de la niña que les entregara el cuerpo de la infante para llevárselo para el Instituto de Medicina Legal.

“El señor seguía aferrado al cadáver, no lo soltaba y lloraba. Los uniformados tuvieron que dialogar con él para que poco a poco accediera a entregarles el cuerpecito, fue una escena muy triste”, indicó un testigo.

Justo en el momento en el que los investigadores judiciales montaban el cadáver en un vehículo, la mamá de la niña se acercó y protagonizó una escena de llanto y dolor que terminó cuando ella se desmayó.

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