El reto que tienen las autoridades, especialmente la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), para identificar y capturar a los dos atracadores que asesinaron la noche del lunes al patrullero Gerson Andrés Pérez Rodríguez, en el barrio San Fernando del Rodeo, se ha intensificado en las últimas horas en la capital de Norte de Santander.
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Precisamente, esta situación deja entrever el desmedido y descontrolado accionar delincuencial que azota a los habitantes de esta zona de frontera, donde a diario ocurren hasta 15 robos violentos de motocicletas, carros, personas y establecimientos, entre otros, que dejan heridos de bala y hasta víctimas mortales.
Extraoficialmente se conoció que en Cúcuta se han disparado los atracos a mano armada, lo que ha desencadenado escenarios violentos en diferentes sectores de la ciudad, a cualquier hora del día o de la noche.
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Diego Villamizar, defensor de derechos humanos, aseguró que la criminalidad se apoderó de Cúcuta.
“Este es el resultado de un Gobierno que solo se dedica a crear beneficios a quienes delinquen, acá no existe una política de seguridad; las instituciones se encuentran desarticuladas, falta liderazgo, solo crean planes para tomar una fotografía y mostrar en redes sociales que supuestamente se está avanzando en seguridad, pero la realidad en los barrios es otra, los robos, las extorsiones y el sicariato crecen a diario”, insistió Villamizar.
Entre tanto, Kenny Sanguino Cuéllar, profesor e investigador de la Universidad Libre (Cúcuta), aseguró que la forma para hacer frente al problema delictivo debe ser una parte esencial en los programas de quienes aspiran a gobernar la región.
“Lo que ocurre generalmente es que se delegan exclusivamente en la Policía el control de este fenómeno y por eso cuando ocurre un hecho violento se le piden explicaciones a esta institución, olvidando que hay otras autoridades que también deben estar al tanto, como la Fiscalía, la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo, las Alcaldías y la Gobernación”, expresó el docente.
Sanguino también recomendó que para mejorar la situación de seguridad se deben difundir de manera constante las estadísticas delictivas en la ciudad, para que se pueda hacer un seguimiento a las zonas de alta complejidad. “Además, que la ciudadanía conozca con detalles las estrategias de seguridad y sus resultados. Hacer un seguimiento a las medidas adoptadas por el Gobierno Nacional por parte de las autoridades locales (Concejos y Asamblea), pues las directrices nacionales terminan siendo golpes de opinión que no se evalúan con posterioridad”.
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La muerte del policía
A las 9:00 de la noche del lunes, el patrullero Gerson Pérez, junto con su compañero de patrulla, se percató de que dos hombres se acababan de robar una motocicleta marca Suzuki GN, de placa GQL-30G, último modelo, por lo que de inmediato los uniformados iniciaron la persecución de los sospechosos.
El hecho se dio alrededor de la cancha del barrio Nuevo Horizonte, cuando la víctima llegaba a ver un partido de fútbol, lo que aprovecharon los atracadores para interceptarla y robarle el vehículo.
Cuando los delincuentes huían en dos motocicletas, incluida la que se acababan de robar, los policías los persiguieron, lo que desató que se diera un intercambio de disparos.
Sin embargo, el patrullero Gerson Pérez, quien conducía la motocicleta oficial recibió un impacto en la cara, que finalmente le costó la vida.
Según se conoció, uno de los asaltantes se cayó de la moto, por lo que su cómplice aprovechó para dispararles a los uniformados. La mortal escena se dio en la manzana 6 del barrio San Fernando del Rodeo.
La hoja de vida
El cucuteño Gerson Andrés Pérez Rodríguez, de 33 años, llevaba once años y dos meses en la Policía, de los cuales estuvo más de cinco en la Policía Metropolitana de Cartagena y desde el 2017 llegó a la Metropolitana de Cúcuta.
En su hoja de vida reposan al menos setenta felicitaciones y nueve condecoraciones en su carrera policial. Dejó dos hijas, una de 8 años y otra de once meses de nacida.
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Actualmente trabajaba en el CAI del barrio Ceci, en la ciudadela Juan Atalaya. Sus compañeros lo recuerdan como una excelente persona, extrovertido, dedicado a su hogar y a sus hijas. Desde la muerte de su papá se hizo cargo de los cuidados de su mamá, por lo que era considerado como un excelente hijo.
El año pasado fue premiado con un viaje a Cartagena por su desempeño sobresaliente en la ofensiva contra el delito en su jurisdicción.
Entre sus condecoraciones se resaltó una del Concejo de Cúcuta, el año pasado y la medalla de Servicios Distinguidos clase especial por segunda vez.
Las autoridades están tras la pista de los pistoleros y atracadores y esperan tener mayores indicios de la identificación de los responsables de este hecho.
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