El domingo, minutos después de que se cerraran las votaciones atípicas de alcalde en Tibú, los violentos volvieron a hacer de las suyas asesinando a un habitante de esta población del Catatumbo y demostrando así que ellos son los que imponen las leyes.

Y una vez más, Barrio Largo fue el sitio donde se presentó este homicidio que enluta a una familia tibuyana.

Ese sector de Tibú, que está en la salida hacia El Tarra, se ha convertido en un fortín de la disidencia del frente 33 de las Farc, según lo que han comentado varios habitantes.

A aquel lugar no puede entrar nadie si no está autorizado por esa organización criminal y cuando las autoridades han intentado hacerlo, son recibidas a disparos y explosivos, como ya ha sucedido en varias oportunidades.

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Lo que se sabe del crimen

Las autoridades avanzan en las indagaciones de tres hipótesis para tratar de esclarecer el reciente crimen.

El pistolero, que iba acompañado de otro hombre, le propinó dos disparos en la cabeza a Ismael Arévalo Sepúlveda, cuando les estaba dando comida a algunos animales que tenía en la casa de su expareja.

Una fuente judicial aseguró que inicialmente se conoció la hipótesis de que el hecho, al parecer, había sido producto de un lío pasional.

Otra versión que conocieron las autoridades, es que, presuntamente, la víctima tenía una deuda, por lo que no se descartan que el crimen tenga alguna relación con esto.

La tercera hipótesis que tienen en cuenta los investigadores judiciales es que probablemente, un grupo armado ilegal que delinque en la zona pretendía llamar la atención de las autoridades con el homicidio de Arévalo para cometer un atentado contra las tropas del Ejército o la Policía.

“Conocimos por información de la comunidad que alrededor del lugar del hecho había un grupo de hombres esperando la llegada de los uniformados para atacarlos con artefactos explosivos”, dijo una fuente judicial.

Por ahora avanzan en las pesquisas para esclarecer los móviles del homicidio y determinar quiénes fueron los autores del ataque a balazos.

La funeraria San Miguel se encargó del levantamiento del cadáver y lo trasladó a Medicina Legal en Cúcuta, donde las autoridades adelantaron la inspección técnica.

¿Quién era?

Ismael Arévalo era conocido en Tibú, porque se dedicaba a vender verduras en un camión con el que transitaba por los barrios del municipio vendiendo casa a casa.

Las autoridades aseguraron que la víctima no tenía antecedentes ni líos judiciales pendientes con la justicia.

“Estamos indagando todas las probabilidades que son válidas en este homicidio. Lo único claro es que hay un grupo armado ilegal detrás de todo esto”, dijo la fuente.

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En Tibú hay presencia del Ejército de Liberación Nacional (Eln) y de la disidencia del frente 33 de las Farc.

El coronel Carlos Martínez, comandante de la Policía de Norte de Santander, aseguró que continúan los operativos de control de las autoridades en Tibú y que se mantendrá un dispositivo para garantizar la seguridad en esta zona del Catatumbo.

El oficial resaltó que se intensificarán las investigaciones para esclarecer el reciente homicidio y que se espera identificar a los autores del hecho en los próximos días.

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Otros crímenes

El fin de semana del 24 y 25 de julio, ocurrieron dos homicidios en Tibú. Uno de estos hechos se dio en la vereda La Angalia, donde un hombre, entre 30 y 35 años fue asesinado de seis disparos.

Las autoridades no lograron identificarlo ni familiares se acercaron a reconocerlo. Sin embargo, tenía un tatuaje con el nombre de Orlando Cruz, en el brazo izquierdo.

La madrugada del 25 de julio, Edwin Alexander Calderón Durán, quien tenía 30 años y era residente de Tibú, fue atacado a bala en el barrio San Martín, donde murió tras recibir ocho impactos.

Según fuentes judiciales, Calderón tenía antecedentes judiciales por hurto calificado por menor cuantía, porte ilegal de armas, violencia intrafamiliar  y concierto para delinquir.

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