Novelas que se alimentan de las series. Series que se nutren del melodrama que en ocasiones llega a lo idílico, es la mezcla que en muchas oportunidades le ha funcionado a Netflix, en especial en sus producciones latinoamericanas, como lo demuestra con ‘Pálpito’.

Ellos la llaman novela, pero bien se puede ver como una serie, que gira en torno al amor y su misticismo, con una dosis de thriller, suspenso, acción y mucha cruel realidad, al tocar temas tan fuertes como el tráfico ilegal de órganos.

La esposa de Simón (Michel Brown) es asesinada para extraerle el corazón y trasplantarlo a Camila (Ana Lucía Domínguez), la mujer de un hombre adinerado, Zacarías (Sebastián Martínez). En busca de venganza, Simón se sumerge en el peligroso mundo del tráfico de órganos. En su frenética búsqueda, el destino hará que se enamore de Camila, la mujer que sobrevivió gracias al corazón de su esposa asesinada.

Los actores hablaron sobre su experiencia en ‘Pálpito’, la construcción de sus personajes y este nuevo estilo de novelas.

Ana Lucía Palpita como Camila

Tras varios años trabajando en México, ¿Cómo ha sido su regreso a las producciones colombianas?

Feliz de regresar a mi país con una historia tan buena, con todo lo que significa una producción para Netflix. Es mi primera vez trabajando en una producción de CMO y me moría de las ganas porque siempre hacen cosas maravillosas.

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Siento que es una serie de personajes únicos y con una historia contundente, por lo que estoy muy feliz de hacer parte de ella.

-Su personaje plantea un desafío muy interesante al vivir en el cuerpo de Camila, con matices de Valeria, algo que los espectadores irán comprendiendo en el transcurrir de los capítulos…

Es ahí donde está la dualidad y todo un reto como actriz. Cuando hablábamos con los actores y el director para preparar una a una las escenas, buscábamos explicarnos qué sucedía entre mi personaje y el personaje de Michel, si es que se enamoró de ella o siente algo porque ella lleva el corazón de su esposa.

Era interesante manejar estas escenas donde al principio como un simple gusto que con el tiempo se fueron enamorando estos dos personajes con una historia bien bonita pero también muy dura, con escenas bastante complicadas de realizar.

Era tal el compromiso que las noches antes de las escenas las repasábamos, por teléfono o videoconferencia porque sabíamos que tenían que salir lo mejor posible.

-Tras esta experiencia actoral, ¿Cambió en algo el corazón de Ana Lucía Domínguez?

Totalmente. Yo le venía pidiendo a Dios un personaje como este, porque es un regalo el estar en una serie colombiana para Netflix. Desde que leí los capítulos, quería leer más y más los libretos, y viendo los primeros capítulos me pasa igual, lo que creo que le pasará a los televidentes.

Michel Brown, en busca de un corazón

Simón es un personaje que a lo largo de la historia experimenta diversos picos de emociones. ¿Qué fue lo más fácil y lo más difícil para usted a la hora de construir el personaje?

Fácil creo que no hubo nada. El personaje por las circunstancias en las que se encuentra, está muy sensible y debe tratar de no desbordarse y tratar de contenerse por su familia.

Lo único fácil fue tener a mi mujer al frente, porque el personaje de mi esposa en la ficción lo hace mi esposa en la vida real, y eso me hacía más fácil el trabajo y me hacía conectar con el dolor desde un lugar sumamente genuino.

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Lo difícil es que el personaje tiene un arco dramático que va cambiando y que tiene muchas capas, porque siempre la idea era tratar de recordar la emoción y tratar de siempre tener en claro quién era Simón cuando todo empieza y quién es él cuando empieza a bordear la locura. Es lo más difícil pero también lo más rico como actor.

-Justo su esposa en la vida real (Margarita Reyes) es su esposa en la ficción, quien pasa por un hecho tráfico, ¿Eso hizo más difícil asumir el personaje y su dolor?

Yo decidí meterme de lleno en el personaje y la historia. Uno como actor recurre a la memoria emotiva, a la imaginación y a las maneras que le funcione para conectar con la emoción.

Yo se lo decía a mi esposa, a veces me funcionaba pensar en ella y pensar en cuál sería mi reacción si me sucediera algo parecido a lo que sufre Simón.

Soy un actor que tengo la habilidad, afortunadamente de salir y entrar de los personajes sin tener que llevarme cosas de ellos a mi casa, porque sería realmente desgarrador. Traté de disfrutarlo y sacarle el mayor provecho.

-Con su larga experiencia en el campo de la televisión, ¿Qué encontró de diferente y original en esta serie?

Es un paso adelante en cuanto a todo. En cuanto a contenido, a la historia, el lenguaje audiovisual, me parece que es un monstruo de serie, porque no se queda en el clásico melodrama, desarrollando un tema muy interesante, siendo un gran plus que es una historia que no se parece a otras historias.

Sebastián Martínez y un nuevo villano

-¿Cómo se siente ahora en papeles de villano?

Me siento muy cómodo porque el ser humano tiene de todos los lados, y esa faceta del villano, pues todos tenemos nuestras partes oscuras. Además, en las novelas, el villano te permite jugar más que los personajes blancos.

En el caso de esta producción, los personajes se abordan de una manera más real, que pueden aparentar ser villanos pero que los impulsa a cosas más sublimes, y que de una manera u otra puede ser percibida como buena.

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Ningún personaje es bueno o malo, sencillamente son reales, que viven en una circunstancia específica y lo que llegaría hacer por amor.

-¿Cuál es el lado bondadoso de un villano como Zacarías?

Creo que el amor. Esa conexión con la mujer, con la pareja, porque él controla el poder, el dinero y la autoridad, pero su lado flaco es el amor. Imperios se han perdido por amor, es nuestro talón de Aquiles.

-Durante la producción de ‘Pálpitos’, ¿Qué hizo que se le acelerara el corazón?  

La emoción de saber que teníamos en nuestras manos una gran historia, una gran apuesta. Se me bajaban los latidos al interpretar a Zacarías, porque lo exigía el personaje.

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