La pandemia de COVID-19 se expande sin pausa en América, obligando en Estados Unidos a prohibir la venta de alcohol en bares de Texas y Florida, y amenaza con resurgir en Europa.
"Enfrentamos serios problemas en algunas zonas", dijo Anthony Fauci, asesor médico de la Casa Blanca en una rueda de prensa, en la que instó a los estadounidenses a comportarse con responsabilidad.
"Si ustedes se infectan, van a contagiar a alguien más y esa persona va a infectar a otra más", declaró Fauci, un epidemiólogo popular y respetado en su país.
Los contagios aumentaron en 30 de los 50 estados del país, especialmente en California, Arizona, Texas y Florida.
La magnitud del avance está llevando a las autoridades a tomar nuevas medidas tras dos meses de un confinamiento considerado demasiado permisivo.
Texas, uno de los primeros estados de la Unión que reabrió su economía, suspendió el desconfinamiento iniciado este mes y ordenó cerrar los bares.
"El aumento de la cantidad de casos se debe mayormente a algunas actividades; especialmente entre los texanos que se reúnen en los bares", dijo el gobernador de Texas, Greg Abbott.
En Florida, famosa por su intensa vida nocturna, se prohibió la venta de alcohol en los bares. Las infecciones han aumentado en el estado del sureste hasta superar los 100.000 casos y afectan también a los jóvenes. El promedio de edad de los infectados es ahora de 33 años cuando hace dos meses era de 65.
Estados Unidos, el país con más fallecidos por coronavirus con más de 122.000, realiza cada vez más pruebas y el jueves completó cerca de 640.000 diagnósticos en una jornada.
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Los balances se agravan también en América Latina, donde se han registrado más de 106.000 fallecidos y unos 2,3 millones de casos, y el pico de la pandemia no llega.
En Brasil, segundo país del mundo más enlutado por la pandemia después de Estados Unidos, el coronavirus ha causado cerca de 55.000 muertes y 1,22 millones de contagios.
Los fallecidos ya superan los 25.000 en México, donde el ministro de Hacienda, Arturo Herrera, informó de que dio positivo por coronavirus, tres días después de haberse reunido con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En Chile, los contagios ya superan a los de España e Italia, y el sistema de salud está al límite e intenta resistir.
Europa teme una segunda ola
Pocos son los países que se libran de esta pandemia. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) previó que los brotes de covid-19 serán recurrente en el continente americano en los próximos dos años y habrá que prepararse para "una nueva forma de vida".
El nuevo coronavirus se ha cobrado unas 490.000 vidas en todo el mundo desde que brotó en diciembre en China y el número oficial de contagiados supera los 9,6 millones, pero las cifras reales podrían ser mucho más elevadas.
En Europa, playas y terrazas están atestadas después de meses de confinamiento; los aeropuertos empiezan a recibir aviones, y los niños han vuelto a la escuela en algunos países.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió de un aumento de los contagios en el Viejo Continente, donde la covid-19 mató ya a 195.000 personas y donde podría haber una segunda ola.
Este viernes en Ucrania se registraron más de 1.100 casos, un récord diario, que obligó al gobierno a preparar nuevos hospitales para una emergencia sanitaria.
En España, aparecieron al menos 250 casos en el noreste, en una empresa frutícola que cerró, lo que obligó a reimponer restricciones.
En Italia, donde han muerto 35.000 personas por coronavirus, fue detectado un foco de más de 40 contagios en el sur y las autoridades temen que haya una segunda ola debido a la falta de cuidado de muchos ciudadanos.
Un ciego que no quiere tocar
En todo el mundo, los efectos de la pandemia son múltiples e inesperados.
La pandemia obligó a 2021 las ediciones 2020 de las fases finales de la Copa Davis y de la Fed Cup previstas para noviembre.
En Sudáfrica un padre de familia ciego asegura que ya no se atreve a mendigar en las calles porque sus "ojos son las manos" y es peligroso tocar todo.
En Australia, el miedo a un rebrote provocó el pánico de la población, que corrió a los supermercados, donde tuvo que ser racionado el papel higiénico. En Bolivia, se investiga una posible corrupción en la compra de respiradores a China.