La mayoría de los abusos documentados ocurrieron entre 1950 y 1960, afectando a más de 1,000 niños.

En un acto de reconocimiento y disculpa histórica, los obispos católicos de Estados Unidos pidieron perdón este viernes por el papel de la Iglesia en los daños infligidos a los pueblos indígenas, particularmente por la separación de niños de sus familias para ingresarlos en internados. Este mea culpa llega tras décadas de sufrimiento y silencios que rodearon las prácticas de asimilación forzada impulsadas por las autoridades estadounidenses y avaladas por instituciones religiosas.

“La Iglesia reconoce que ha desempeñado un papel en los traumas sufridos por los niños indígenas”, señaló la Conferencia Episcopal de Estados Unidos en un comunicado oficial.

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Una investigación del Washington Post, publicada en mayo, reveló que al menos 122 sacerdotes, monjas y frailes asignados a 22 internados católicos desde la década de 1890 han sido acusados de abusar sexualmente de niños indígenas norteamericanos. La mayoría de estos abusos documentados dan cuenta de que se habría afectado a más de 1,000 niños, principalmente en el Medio Oeste y el noroeste del Pacífico, incluida Alaska.

La conferencia episcopal expresó sus “más sinceras disculpas por no haber criado, fortalecido, honrado, reconocido y apreciado a aquellas personas que confiaron a nuestro cuidado pastoral”, afirmaron en un documento público.

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Además, los obispos subrayaron la necesidad de aumentar la conciencia y romper la cultura del silencio que ha rodeado los abusos y negligencias del pasado. “Todos debemos cumplir nuestra parte para aumentar la conciencia y quebrar la cultura del silencio que rodea todos los tipos de aflicciones, malos tratos y negligencias del pasado”, añadieron.

Durante décadas, las políticas de “asimilación forzada” implementadas por las autoridades estadounidenses separaron a niños indígenas de sus padres biológicos, colocándolos en cientos de internados o con familias no amerindias en todo el país. Estas políticas finalmente terminaron en 1978 con la adopción de una ley por el Congreso que prohibía dichas prácticas.

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