A tres años del cierre del comercio internacional a través de la frontera del Táchira y el departamento Norte de Santander, los grandes perdedores siguen siendo los habitantes de los municipios fronterizos y los sectores empresariales de San Antonio, Ureña y Cúcuta.

En torno al triste 23 de febrero del 2019 giran diversas posturas, algunos lamentan lo ocurrido con el  fallido intento de ingreso de ayuda humanitaria a Venezuela,  otros celebran “la Batalla de los Cuatro Puentes”, y los más afectados siguen moviendo los hilos que les permitan restablecer las relaciones comerciales en la zona.

Comerciantes e industriales del Táchira recuerdan que el bloqueo generado en los puentes internacionales de la entidad solo ha significado pérdidas económicas incalculables para la región.

Para el historiador y analista político, Walter Márquez, la frontera del Táchira ha sido utilizada por el gobierno de Nicolás Maduro para oxigenar el conflicto con Colombia. Márquez recordó que la frontera fue cerrada en las horas nocturnas, desde el mes de agosto del año 2014, hasta el 2015. Luego el 19 agosto de 2015, por decreto presidencial, se ordenó el cierre total de los puentes, se expulsaron a más de 24.000 colombianos que residían en Táchira y destruyeron más de 203 viviendas.

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Rememoró que a partir de allí empezó una situación muy difícil en la región, porque se acorraló totalmente la frontera. Luego vino una etapa comercial en la que se reabrió el paso nocturno de carga; pero con el intento de ingreso de ayuda humanitaria a partir del 23 de febrero de 2019, al declararse presidente interino a Juan Guaidó, con el respaldo de los presidentes de Colombia, Paraguay y de Chile, la zona de frontera volvió a ser cerrada comercialmente.

“Yo fui uno de los pocos que advirtió que esa operación era de alto riesgo e iba a fracasar. Incluso planteé que era mejor pedir por escrito una solicitud de ingreso de esa ayuda humanitaria ante la aduana, porque las normas aduaneras en sus reglamentos lo permitían. No hicieron caso, por la gran emoción de jóvenes que creían que el mundo era de ellos y no oyeron la experiencia de quienes conocemos la frontera”, refirió Márquez.

Márquez consideró que estas acciones conllevaron a retaliaciones políticas hacía el Táchira, en vista de que por Paraguachón y por Arauca, pese a los conflictos, sí sigue abierta la frontera para el paso de mercancías.

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En este momento no hay razones, de hecho, ni de derecho, para mantener cerradas las estructuras binacionales, argumentó. El cierre de frontera contraviene normas de libre tránsito que garantizan la Constitución Política de Colombia, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Convención Americana para los Derechos Humanos, aseguró Márquez.

“Ahorita hay un pugilato entre Caracas y Bogotá. Venezuela dice que va a abrir la frontera, ¡pero decreten formalmente la apertura de la frontera, quiten todos los obstáculos! Para que la responsabilidad sea de Colombia. Entonces le echan la responsabilidad a Colombia, pero no abren la frontera”, enfatizó.

Dijo que cómo es posible que se haya construido el moderno Puente Binacional de Tienditas, y esté allí en el “sueño de los justos”.

“Freddy Bernal tiene el compromiso público de campaña electoral de contribuir a la reapertura de la frontera, si ya se comprometió, lo debe cumplir”, sentenció Márquez.  

Es necesario el aporte fiscal

Por su parte, Wladirmir Tóvar, director de la Cámara Social de Transporte de Carga del estado Táchira, explicó que siguen en la tarea con los homólogos de Norte de Santander para activar el intercambio comercial colombo- venezolano.

“Esta frontera tiene su antecedente, desde el 2015, por las circunstancias de aquel momento fue cerrada y por esfuerzo de los sectores productivos logramos reactivar el paso de la carga en septiembre de 2016, y donde posteriormente vinieron los accionamientos del 2019, los cuales, para nosotros hay muchas realidades en cuanto a la dinámica productiva, social de nuestra frontera”, expuso.

Destacó que desde el 2019, a lo largo de 32 meses y 15 días se hizo un trabajo con los diversos actores productivos para lograr el retiro de los contenedores y el paso peatonal de los escolares y de las personas, y por ahora esperan la reactivación del intercambio comercial bajo control aduanero.

“Seguimos trabajando de la mano de los homólogos aduaneros para que se restablezca por parte del gobierno de Colombia y del presidente Iván Duque, el paso de las cargas con mercancías a través del puente Francisco de Paula Santander, que es el que se ha convenido para tal comercio”, apuntó Tóvar.

Por lo pronto, siguen en la tarea de construir una frontera que permita el desarrollo sostenible y sustentable que genere empleo, inversión y aporte fiscal que tanto requieren los municipios y el país, resaltó Tóvar.

Solo se ha sometido a la industria formal

Por otro lado, Karim Vera, diputada de la Asamblea Nacional del año 2015 por el estado Táchira, consideró que el 23 de febrero es un día histórico, pero lamentable, para los venezolanos al ver el cierre comercial entre Venezuela y Colombia, tras el bloqueo con contenedores de los puentes internacionales Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y Unión, para evitar que ingresara la ayuda humanitaria.

Subrayó que tres años después, se percibe a un pueblo deprimido, una zona de frontera con una economía paralizada, que en época de campaña se le prometió la apertura comercial, pero que hasta ahora “solo se le ha dado paso a la irregularidad y al enriquecimiento de unos pocos, sometiendo a la industria formal”.

“No solo las fuerzas del régimen quemaron la ayuda humanitaria, sino que arremetieron contra un pueblo que clamaba cambio y la necesidad de que esa ayuda humanitaria ingresara al país, y de manera indolente fue frustrado por las fuerzas del régimen, que solo se ha sometido a la industria formal, además movilizaron grupos paramilitares armados para atentar contra la población”, añadió Vera.

Representantes gubernamentales de Venezuela por su lado, llevaron a cabo un acto sobre el Puente Binacional Tienditas para celebrar lo que denominan la "Batalla de Los Cuatro Puentes", como parte una demostración a la lealtad hacia Nicolás Maduro, al negar el ingreso de ayuda humanitaria en el año 2019, con la que están convencidos de que los Estados Unidos llevaría a cabo una invasión militar en el país. 

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