Tres meses después de su regreso a la cárcel La Picota, de Bogotá, luego de que el Juzgado Sexto de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Cúcuta le revocara la casa por cárcel, la Defensoría del Pueblo pidió devolverle este beneficio al exalcalde de Cúcuta Ramiro Suárez Corzo, bien sea en su residencia o en un centro médico, teniendo en cuenta la gravedad de su estado de salud.

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La solicitud de la entidad fue elevada ante ese despacho judicial, tras una visita de verificación que pidió hacer la defensa del condenado exmandatario y en la que la Delegada para el Derecho a la Salud y la Seguridad Social constató que las condiciones en que este se encuentra recluido no son las mejores y el deterioro de su estado de salud es considerable.

Según el informe de la visita hecha en noviembre y publicado ayer por la emisora W Radio, Suárez Corzo no solo no había recibido hasta ese momento atención médica por parte de la EPS encargada de la prestación de su servicio de salud, sino que, a pesar de su condición clínica, no contaba con un cuidador ni estaba recibiendo atención por enfermería, lo cual para la Defensoría representa un claro “abandono institucional”.

“Se trata de una persona adulta mayor, privada de la libertad, sin capacidad para el autocuidado y atención de sus necesidades fisiológicas, por padecer enfermedades metabólicas, descompensadas, sin tratamientos, que tienen en peligro la salud y la vida del señor Suárez, lo que mantiene la vulneración plena de los derechos fundamentales a la vida, salud y dignidad humana”, se puede leer en el documento remitido por el delegado de la Defensoría a Oswaldo Medina Posada, apoderado del exalcalde.

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En este se advierte, igualmente, que en vista de la pérdida de movilidad que padece en sus piernas y la imposibilidad de desplazarse de manera autónoma, el exalcalde tiene que “hacer maniobras peligrosas para poder hacer sus necesidades fisiológicas y de autocuidado, teniendo que arrastrarse hasta la letrina”.

De la misma forma, el delegado alerta que la salud mental del detenido presenta un notable deterioro, lo cual puede comprometer su seguridad y su vida.

“El estado de salud del PPL se califica como grave, por enfermedad, de acuerdo con la valoración física y de la historia clínica: (i) no cuenta con apoyo para el desarrollo de sus necesidades fisiológicas como micción y exposición; (ii) en la reclusión no cuenta con el apoyo necesario para su aseo personal diario; (iii) se encuentra postrado y sin posibilidad de movimiento autónomo en sus miembros inferiores; (iv) no se puede garantizar que pueda prevenir o evitar una lesión por caída, al no contar con las condiciones en el baño ni lugar de reclusión”, señala la Defensoría.

En vista de la condición en que se encontraba Ramiro Suárez Corzo al momento de la visita de la entidad adscrita al Ministerio Público, esta pidió, en primer lugar, conminar al Inpec y a la EPS Sanitas, así como a la Secretaría Distrital de Salud, para que de manera inmediata “cese la vulneración sistemática de los derechos fundamentales a la vida, a la salud y a la dignidad humana del señor Ramiro Suárez”.

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Según se conoció, en las últimas horas, el exmandatario fue trasladado de su sitio de reclusión en La Picota a un centro médico, para recibir valoración y atención especializada.

La Defensoría también pide que a Suárez se le garantice un cuidador permanente y que se le asegure la atención médica necesaria, mediante el traslado oportuno a los centros médicos, en el momento en que lo requiera.

No obstante, más allá de eso, el delegado para el Derecho a la Salud y la Seguridad Social considera oportuno que el Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad le conceda la reclusión domiciliaria u hospitalaria a Ramiro Suárez, “teniendo en cuenta la gravedad de las enfermedades que padece y que no pueden ser tratadas en debida forma en el entorno carcelario”.

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“La medida de prisión domiciliaria es proporcional y razonable, en función de la situación de salud de la persona, evitando así una afectación desproporcionada de sus derechos”, dice el documento de la Defensoría.

Ramiro Suárez Corzo perdió el beneficio de la casa por cárcel el pasado 19 de julio, porque al parecer incurrió reiteradamente en el incumplimiento de sus obligaciones como beneficiario de la casa por cárcel, sin que se encontrara una justificación alguna.

Después de permanecer más de un mes en el piso 11 del Hospital Universitario Erasmo Meoz, el Inpec lo trasladó a una clínica en Bogotá y posteriormente se dio su regreso a la cárcel La Picota, en donde estuvo hasta mediados de 2020.

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