Después de dejar plantados a empresarios y ciudadanos el pasado viernes en Cartagena, el presidente Gustavo Petro reapareció el lunes en una sorpresiva visita a Barranquilla. Desde allí, el mandatario desató una polémica judicial debido a la reunión privada que tuvo con su hijo Nicolás Petro, quien es procesado tras reconocer que gestionó y recibió dineros de origen cuestionado para la campaña “Petro Presidente”.

Después de la reciente negativa para recibir a su progenitor mientras estaba en los calabozos del búnker de la Fiscalía, Nicolás Petro cambió de parecer. El procesado recibió al mandatario y tuvo con él un encuentro que terminó significándole una serie de cuestionamientos sobre la posible violación de la orden expresa que le dio el juez de no hablar con cualquier persona que tenga relación con su caso.

Y aunque el jefe de Estado no fue vinculado a nombre propio en la investigación, la reunión levantó una polvareda porque, a fin de cuentas, él es el principal interesado en que su campaña electoral no resulte manchada, por lo que se alimentó la versión de una posible interferencia desde su círculo cercano, como lo denunció su primogénito ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

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Restricciones que le impusieron

El debate sobre las implicaciones legales del encuentro entre Petro y su hijo se abrió debido a que el juez que lleva el caso le prohibió al procesado salir del área metropolitana de Barranquilla, estar en eventos políticos y hablar con personas relacionadas con las investigaciones sobre la financiación de la campaña presidencial de su papá.

“Le queda terminantemente prohibido interactuar con cada una de las personas de las cuales le dieron recursos de procedencia ilícita y con cualquiera otra de las personas que a lo largo de esta investigación guardan relación con los hechos que se investigan, a no ser que los mismos sean por conducto de su apoderado, sin que se limite ese ejercicio de legítimo derecho a la defensa”, dijo el togado.

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Esta advertencia del juez no impidió que Nicolás Petro accediera a tener el encuentro a puerta cerrada con su papá, quien a pesar de no estar vinculado al caso, es señalado de tener un posible interés de interferir en el caso, versión que tomó fuerza después de que su exnuera, Daysuris Vásquez, quien también está siendo procesada, planteó justo el día de la reunión que “yo sí seguiré colaborando con la justicia”.

Para el senador Miguel Uribe, del Centro Democrático, este encuentro entre el jefe de Estado y su hijo procesado representa un claro riesgo para la investigación. “El solo encuentro de Gustavo Petro con su hijo Nicolás altera el proceso y pone en riesgo la investigación. Si bien Nicolás Petro tiene beneficios por contribuir con la justicia, debería tener prohibido el contacto con su papá o cualquier otro implicado en el proceso”, dijo Uribe.

¿Poder de Petro podría influir?

Tras el encuentro, el presidente planteó que espera una acción penal “libre de agendas políticas y de total sujeción al debido proceso” y, a su vez, insistió en que no se entrometerá en el caso. Sin embargo, a Nicolás Petro se le señaló de violar las restricciones impuestas por el juez ya que aunque su papá no tiene relación jurídica con el caso, está en el centro de la discusión porque es su campaña a la que investigan por el ingreso de dineros de origen cuestionado.

Para el presidente del Colegio de Abogados Penalistas de Colombia, Francisco Bernate, la reunión no tendría ninguna consecuencia legal para Nicolás Petro porque en la matriz delictiva del caso no aparece el presidente. “La única restricción que existe es con personas que están dentro de la investigación”, expuso Bernate.

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En ese concepto coincidió el también abogado penalista Iván Cancino, quien señaló que el encuentro podía darse sin ningún impedimento porque “Nicolás Petro no mencionó a Gustavo Petro en ninguna de sus intervenciones ante la justicia y, además, en entrevistas ha sido claro en decir que su padre no tenía ningún conocimiento frente a los hechos de esta imputación”.

Lo cierto es que esta discusión volvió a abrirle la puerta a una posible obstrucción a la justicia como la que Nicolás Petro denunció que se intenta hacer en el marco de este caso desde la Colombia Humana, el partido de su papá.

El pasado 11 de agosto el abogado David Teleki, quien representa a Nicolás Petro, informó que acudió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a elevar un reclamo contra la Colombia Humana, desde donde considera que pretenden obstaculizar el proceso judicial en su contra.

El procesado y su defensa apuntaron contra Eduardo Noriega, quien es amigo del presidente, porque consideran que intenta obstruir a la justicia por asegurar que la Fiscalía intentó que el hijo del mandatario se autoinculpara con el fin de recibir beneficios.

Ahora, la última palabra la tendrá la Fiscalía, que podría solicitar en contra del hijo del jefe de Estado una medida de aseguramiento privativa de la libertad, si considera que con el polémico encuentro violó las restricciones impuestas por el juez.

Con información de El Colombiano*

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