Después de terminar hundido en la pasada legislatura, por una votación de 8 contra 5, el proyecto de ley mediante el cual se busca prohibir el uso del glifosato o cualquiera de sus derivados en la implementación de la Política Nacional de Drogas fue radicado nuevamente en el Congreso.

En esta oportunidad, la iniciativa que pide priorizar y preservar el derecho a la vida, la salud y un ambiente sano en todos en todos los territorios del país cuenta con el apoyo de 45 congresistas de diferentes bancadas políticas, quienes están listos para dar la pelea nuevamente por sacarla adelante.

“El uso del glifosato es una política equivocada, costosa e ineficiente que afecta la salud humana y los ecosistemas del país. Los autores de este proyecto seguiremos insistiendo en un cambio en la política antidrogas y en una actuación ambientalmente responsable del Estado,” planteó el senador de la Alianza Verde, Antonio Sanguino, uno de los promotores del proyecto.

El congresista explicó que con esta prohibición lo que se pretende es articular lo que se dispuso en el Acuerdo de Paz de La Habana y disponer así alternativas para la erradicación de los cultivos de uso ilícito, diferentes a la aspersión con glifosato, como la erradicación manual, acompañada de verdaderos proyectos de inversión para los campesinos.

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Sanguino despejó algunos de los principales interrogantes que han surgido en torno a la iniciativa que vuelve a discusión al Congreso.

¿Qué opciones se proponen para dejar de lado el glifosato?

Priorizar la estrategia de erradicación y sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito y garantizar proyectos productivos agrícolas, pecuarios, acuícolas, pesqueros o forestales para los campesinos cultivadores.

¿Por qué sería mejor la sustitución o erradicación voluntaria de los cultivos de uso ilícito?

Porque los costos de invertir en sustitución y erradicación voluntaria son menores que el glifosato. Aproximadamente se invertirían $40 millones por familia, para un total de $2,9 billones. Es sostenible en el tiempo y tiene menos costos en la población civil que sigue sufriendo los estragos de la guerra por los cultivos ilícitos

¿Y por qué es necesario prohibir el glifosato en Colombia?

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, de la Organización Mundial de la Salud, concluyó en 2015 que el glifosato es “probablemente cancerígeno.”  Además:

- Contamina fuentes hídricas, destruye cultivos lícitos y genera enfermedades dermatológicas y respiratorias.

- El porcentaje de resiembra donde se asperja con glifosato es del 40 %. Mientras que con sustitución voluntaria es del 6 %.

-Entre 2005 y 2014 cada hectárea fumigada con glifosato costó $72 millones. En total, el Estado gastó $79,9 billones.

En abril pasado, cuando se conoció el borrador del decreto que regula los riesgos para la salud y el medio ambiente en el marco de las erradicaciones de cultivos ilícitos con glifosato, el ministro de Justicia, Wilson Ruiz, anticipó que Norte de Santander sería la primera zona del país en reiniciar este proceso, de ser avalado finalmente.

Por su parte, el ministro de Defensa, Diego Molano, también aseguró en su momento que la meta de erradicación de cultivos ilícitos en la primera etapa de fumigaciones sería de 26.000 hectáreas este año.

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