La crisis económica y social, aunada a la falta de estrategias públicas, financiamientos y la preponderancia política son señaladas por voceros de gremios empresariales, expertos en economía y representantes del sector privado, como las principales limitaciones que deben enfrentar quienes se esfuerzan por mantener sus empresas operativas o desarrollar nuevos emprendimientos económicos en Venezuela.
Igualmente, apuntan a la necesidad de reactivar las relaciones económicas con los países de la región y el comercio internacional para poner en marcha las cadenas productivas, pues consideran que la situación actual de la industria presenta un retroceso de, al menos, 100 años.
Venezuela viene ocupando de forma sostenida, los últimos puestos del “ranking” de libertades económicas, y en este 2021 se ubicó en el penúltimo lugar, acomodándose en el puesto 177 después de Cuba y antes de Corea del Norte, lo que en si mismo constituye un reto para quienes se proponen desarrollar negocios en el país.
José Rujano, empresario turístico del sector alimenticio, considera que el principal reto de estos tiempos es la pandemia y las restricciones asociadas a ella. “La implementación en Venezuela de semanas flexibles y radicales ha mermado la rentabilidad casi a la mitad, además, al sector turístico le afectan las limitaciones a la movilidad y la dificultad para el abastecimiento de combustible.”
Agrega que la falta de efectivo circulante, aunque pareciera un reto a superar, ha permitido una apertura a la dolarización, que a la larga resultó beneficiosa para los inversionistas, porque permite un piso de mercado más estable para las transacciones.
Activar la cadena productiva
Eliécer Useche, presidente de Fedeindustrias Táchira, afirma que uno de los principales retos es obtener financiamiento, que es el motor que permite poner en marcha la cadena productiva.
Explica que aunque hay empresas que cuentan con capacidad instalada, no hay condiciones para producir en Venezuela. “Hace falta una eficiente infraestructura de servicios (agua, luz, gas, telefonía, combustible), bienes de capital y financiamiento”, destaca Useche, para quien se hace necesario recuperar los mercados, sobre todo, el internacional.
Aunque Venezuela fue históricamente considerado un país mono exportador, por su importancia en la industria petrolera, también sostuvo un importante comercio de productos no tradicionales apoyado en un importante parque industrial que, pese a encontrarse hoy mermado y disminuido en su capacidad operativa, puede representar un factor importante para la reactivación económica venezolana.
A la luz de este análisis, Useche considera que otro de los retos es que Venezuela retome la senda de la integración y del comercio internacional, para que los productos venezolanos se internacionalicen y la balanza de exportaciones se incline en beneficio del país y de los sectores productivos.
Despolitizar la economía
Wladimir Tovar, director de la Cámara Social del Transporte de Carga, destaca que este sector empresarial soporta sobre sus hombros toda la operatividad logística, en función del traslado de mercancías nacionales y extranjeras por todo el territorio venezolano. Sin embargo, la dinámica económica que involucra al transporte, se genera desde el comercio, la industria y el sector prestador de servicios.
Estima que para que se dé un crecimiento real del aparato productivo venezolano, el primer paso debe ser despolitizar la economía venezolana. “El Estado, más allá de ser un ente regulador y fiscalizador, debe ser un ente promotor de la economía”, afirma Tovar.
Destaca que en la situación económica de Venezuela, afectada por una acentuada hiperinflación y por condiciones económicas externas que inciden en el desarrollo productivo, se hace evidente la necesidad de políticas gubernamentales que contribuyan al desarrollo de la producción del país, que traería en sí misma, nuevas oportunidades de negocio.
“En este momento, el país demanda que se abran los mercados internacionales y se establezcan las condiciones para hacer de Venezuela un país exportador, que es el principal reto económico de la actual coyuntura”.
Desde su perspectiva, apostarle a los procesos productivos permitirá generar no solo nuevas oportunidades de negocios, sino mayor productividad y con ella nuevos empleos, mayor contribución fiscal y el impulso que necesita el país para su crecimiento económico.
Crédito y seguridad jurídica
Para el economista Aldo Contreras, entre los principales retos para desarrollar negocios en Venezuela están la restitución de la seguridad jurídica y el establecimiento de planes de financiamiento públicos y privados, así como el pago de impuestos, que, bajo los efectos de la hiperinflación, se convierte en una verdadera carga que hace lastre a cualquier iniciativa económica.
Explica que la política de expropiaciones implementada en los últimos años en Venezuela causó la salida del país de buena parte del capital privado concentrado en las grandes industrias transnacionales y algunas nacionales. Los trámites burocráticos que involucran la constitución de nuevas empresas y unidades de negocios también son un reto a superar desde el punto de vista jurídico, pues algunos toman hasta seis meses en consolidarse, además de que todas las diligencias se hacen bajo tarifas calculadas en dólares.
La hiperinflación y la emergencia humanitaria compleja que agobia al país también constituyen obstáculos a superar, si se toma en cuenta las dificultades que representa el abastecimiento eficiente y oportuno de combustible en cualquier lugar del territorio venezolano y en especial en los espacios de frontera.
Los cortes de energía eléctrica que afectan la productividad empresarial, la masiva migración de talento humano que ha mermado la oferta de profesionales y mano de obra especializados y la burocratización de los procesos son todos retos por superar. “Antes para exportar se necesitaba cumplir cuatro pasos y pasar por un ministerio; hoy se requieren cerca de un centenar de pasos para el proceso que pasa por un número indeterminado de despachos ministeriales”, señala el experto.
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