La tan sonada Ley de honores para celebrar los 450 años de Ocaña se convirtió en un saludo a la bandera, ya que la pandemia se constituye en la excusa perfecta de los dirigentes regionales para incumplir con las promesas de inversión social.
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Historiadores de la región manifestaron que falta mucha gestión de los políticos para materializar las obras contempladas en ese documento aprobado por el Congreso de la República y avalado por el presidente Iván Duque Márquez.
Consideran que la ley 1987 del 30 de julio de 2019, por la cual la nación se asociaba y rendía público homenaje al municipio de Ocaña con motivo de la celebración de los 450 años de su fundación y se dictaban otras disposiciones quedó en letra muerta ante la desidia de los gobernantes de turno.
Desde un comienzo el presidente de la Academia de Historia, Luis Eduardo Páez García expresó su inconformismo por la manera como se redactó la distinción sin tener en cuenta las propuestas de los intelectuales de la zona.
“Esta ley no es otra cosa que un ‘saludo a la bandera’, todo el trabajo que llevó a cabo el Comité Pro celebración se fue al caño. En el corto articulado aprobado, no se contemplan las inversiones que habíamos recomendado para el río Tejo, el patrimonio cultural y las vías regionales”, dijo el escritor ocañero.
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Califica la ley como ‘un adefesio indigno’ para la ciudad y sus gentes. “Sentimos una gran frustración por el desprecio a nuestra historia y a las personalidades en las artes y las letras que ni siquiera se mencionan en el texto oficial”, agregó el gestor cultural.
Un comité de aplausos
Indican que la celebración de la efeméride se limitó a la condecoración de unos personajes que han contribuido el progreso y desarrollo de la región, como también a otros sin merecimiento alguno, pero olvidaron gestionar recursos para la infraestructura de la ciudad.
La Fundación Caro volverá a insistir ante la clase parlamentaria con el fin de retomar los proyectos de mejoramiento vial, conservación del patrimonio cultural y el saneamiento básico ambiental entre otros.
Señalan que únicamente se maquilló el complejo histórico de San Francisco, que se cae a pedazos, sin que haya dolientes y se proceda a la restauración por parte del Ministerio de Cultura.
El integrante del Centro de Acción Regional de Ocaña, Caro, Arminio Piñeres Grimaldi, indicó que el Estado siempre es ausente en esos grandes acontecimientos. “Se redujo a unos actos culturales, un tedeum y no se acuerdan de las necesidades básicas como un acueducto regional y planes de saneamiento básico ambiental”.
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Se recuerda que la misma suerte corrió hace más de 20 años la ciudad de Pamplona con la ley 483 del 21 de diciembre de 1998 por medio de la cual la nación se asociaba a los 450 años de la fundación y se autorizaba unos gastos de inversión para obras de capital importancia.
Pan y circo
En el año 2020 desafiando el virus, los dirigentes de la región se vistieron con saco, corbata y sofisticados tapabocas para asistir a la ceremonia realizada con todos los protocolos de bioseguridad en el complejo histórico de San Francisco.
El escritor Wilson Enrique Ramírez sintetizó todo en una alocución latina: ‘panem et circenses’ para connotar las estrategias de los más vivos para engañar al pueblo. “Como todo, el cumpleaños no representó absolutamente nada para Ocaña, solo serenatas, diplomas, placas, retoques superficiales y maquillajes para justificar una inversión”, agregó.
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El académico y catedrático de la universidad, especialista Jesús Casanova Gravino, indicó que existían grandes expectativas a la hora de elaborar las propuestas, sin embargo, esos sueños se desvanecieron.
Voces sin eco
El senador, Antonio Sanguino, quien participó en los debates manifestó que falta mucho compromiso por parte del gobierno nacional que no se quiere meter la mano al dril para ejecutar el plan de obras. Voy a proponer la constitución de una comisión accidental del Congreso de la República con el bloque de parlamentarios del Norte de Santander para hacer seguimiento y exigir el cumplimiento de los compromisos.
Por su parte, el Representante a la Cámara, Ciro Antonio Rodríguez Pinzón, reconoció que hace falta gestión y precisó que algunos aspectos se cumplieron. “Por la pandemia ha sido difícil canalizar recursos, pero se ha cumplido con la autonomía financiera de la seccional de la universidad Francisco de Paula Santander y la promoción de la ciudad a través de la estampilla”, recalcó.
El alcalde, Samir Casadiego, agregó que el Ministerio de Cultura aportó 300 millones de pesos para la celebración los cuales fueron utilizados en la contratación del talento criollo para amenizar la conmemoración de los cumpleaños.
“No es obligatoriedad del Congreso, debemos tener un acompañamiento de los parlamentarios que nos ayuden a conseguir los recursos. Hicimos una gestión directa ante el Ministerio y logramos la celebración el año anterior”.
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El mandatario dijo que se avanza en la gestión para la intervención del Complejo Histórico, infortunadamente la pandemia apagó el impulso. Es un tema bastante complicado porque solo los estudios están por alrededor de 700 millones de pesos y la obra mínimo, 3 mil millones de pesos para arreglar los problemas hidrosanitarios, techos, sistema eléctrico y la torre del templo”.
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