La esperanza de consolidar la paz con el Eln, como ocurrió con las Farc en 2016, volvió a quedar herida de muerte ayer, luego del ataque perpetrado por el frente Camilo Torres Restrepo de esa guerrilla, contra un grupo de soldados, en zona rural de El Carmen, municipio de Norte de Santander, y en el que murieron nueve uniformados.

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Aunque hasta hace unas semanas el Catatumbo era una de las pocas regiones del país en las que la apuesta de ‘paz total’ del presidente Gustavo Petro parecía estar dando sus frutos y según reportes como los del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), la confrontación con este grupo armado se redujo de manera considerable, la acción cometida en la madrugada del miércoles contra el Ejército minó nuevamente la confianza entre las partes.

Y es que el atentado en el que perdieron la vida dos suboficiales y siete soldados, y dejó heridos a nueve más, entre ellos un oficial del Ejército, se da en momentos en que el Gobierno Nacional y el Eln avanzan en una mesa de diálogo que está próxima a iniciar su tercera ronda, en Cuba.

Hace apenas tres semanas, las delegaciones de lado y lado anunciaban con optimismo la firma de una nueva agenda de discusión en la que, incluso, se contempló la revisión del modelo económico del país.

De ahí que los hechos protagonizados ayer por la guerrilla volvieron a sembrar las dudas sobre la verdadera voluntad de paz de este grupo al margen de la ley y la pertinencia de seguir adelante con el proceso, teniendo en cuenta que el gobierno Petro ha facilitado todas las condiciones para avanzar en esta negociación.

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Analistas consultados por La Opinión coinciden en que lo ocurrido en Norte de Santander no es más que un saboteo al proceso de paz que lo deslegitima y le genera un impacto negativo, tal y como ocurrió en enero de 2019, cuando el Eln atacó la Escuela de Policía General Santander, en Bogotá, llevando al posterior rompimiento de los diálogos que iniciaron en el gobierno de Juan Manuel Santos.

“El ataque del Eln en Catatumbo es un atentado contra la paz y una estupidez política. Mientras en la mesa de conversación dicen que van a desescalar el conflicto, que están en actitud de reconocer a un nuevo gobierno, en la práctica lo que están haciendo es declarándole la guerra”, plantearon desde Indepaz.

¿Cuál es el propósito?

Ante la incertidumbre que desató en Colombia y en particular en regiones como Norte de Santander el atentado de ayer, la duda que surge es: ¿qué busca la guerrilla al presionar de esta manera el proceso? La respuesta en la que coinciden varios es en que su propósito no solo es demostrar poderío para establecer sus propias condiciones, sino generar la percepción de que la negociación con ellos es un imperativo.

“El Eln está demostrando que tiene unas capacidades mucho más sobresalientes de las que se pensaba, lo que le permite llevar al límite la negociación, con el fin de lograr las máximas concesiones posibles de parte del gobierno Petro”, considera Vicente Torrijos, analista y profesor de la Escuela Superior de Guerra de Colombia.

Para Torrijos, acciones como la cometida en el Catatumbo y en otras regiones fronterizas dejan en evidencia, una vez más, que el Ejército de Liberación Nacional cuenta con una red internacional de apoyo que lo hacen mucho más fuerte y que le dan la suficiente capacidad para poder llevar la negociación que adelante con el Gobierno, “al extremo”.

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Mauricio Jaramillo, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, coincide en que, con este tipo de ataques en medio de la negociación de paz, el Eln lo que busca es establecer condiciones en la mesa.

“Normalmente, cuando se han dado procesos de paz, desafortunadamente la constante es que estas masacres son una demostración de fuerza de las guerrillas”, opinó el analista, tras recordar que en 2015, en pleno proceso de paz con las Farc, este grupo mató a once militares mientras descansaban en un polideportivo, en Cauca. Por cuenta de este hecho, el entonces presidente Juan Manuel Santos reactivó los bombardeos contra los insurgentes y apenas unos meses después empezó el desescalamiento del conflicto entre ambas partes.

“Entonces, lo que podrían querer demostrar es que tienen fuerza, que es necesario negociar con ellos y que no están derrotados militarmente”, agregó Jaramillo.

Kenny Sanguino, investigador, experto en análisis de crimen organizado y terrorismo, y docente de la Universidad Libre de Cúcuta, cree además que no hay que descartar la posibilidad que, desde ya, haya integrantes de la guerrilla que quieran comenzar a aislarse de la negociación, pues no la comparten.

Inminencia del cese al fuego

Otra de las conclusiones que deja el ataque del Eln contra la Fuerza Pública en el Catatumbo, es la inminencia de concretar cuanto antes un cese bilateral del fuego entre las partes, con el fin de que no se haga insostenible la negociación.

Como se recuerda, el presidente de la República anunció el pasado 31 de diciembre que había llegado a un acuerdo con varios grupos alzados en armas, incluida esta guerrilla, para cesar la confrontación y los ataques contra la población civil durante seis meses, como parte de su política de ‘paz total’, pero unas horas después los líderes del Eln desmintieron ese pacto.

León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación, cree que lo que acaba de suceder tiene que conducir al Gobierno a dos cosas: ordenarle a la Fuerza Pública que mantenga sus operaciones en todos los territorios y exigir que las partes se sienten a pactar cuanto antes un cese bilateral de hostilidades que ponga freno a la situación de violencia y permita desescalar el conflicto.

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“Se tiene que mostrar si en realidad el Eln está en esa disposición de paz. Por eso, lo más vehemente que puede hacer el Gobierno en estos momentos es decir que se va a pactar ya un cese bilateral de hostilidades o esto va a llevar a meses y meses de negociación en la mesa, con otros puntos al lado”, planteó Valencia.

Aunque se esperaba que en la segunda ronda de negociación que terminó en México comenzando marzo, las partes anunciaran algún avance con relación a un acuerdo para poner un alto al conflicto de manera bilateral, lo único que se dijo era que este punto quedaba incluido en la nueva agenda de diálogo y que se estaban “dando pasos” en esa dirección.

Así las cosas, Kenny Sanguino también considera que el anuncio que hizo el jefe de Estado de convocar hasta el próximo lunes 3 de abril a la delegación del Gobierno en los diálogos con el Eln para evaluar el ataque contra los militares en Norte de Santander, es muy tarde.

“Es necesario llamar a la comunidad internacional para que presione y se haga un cese antes de la tercera ronda, porque en eso se le puede ir al país un mes y el proceso pierde legitimidad”, consideró.

En su criterio, desde el principio este proceso presentó tres problemas en particular que están contribuyendo a la nueva crisis: falta de planeación, que se demostró con la reculada que tuvo que hacer Petro con el fallido anuncio sobre el cese; escaso respaldo al alto comisionado de Paz por parte de la coalición de Gobierno y fallas en la estrategia, pues no se pensó de qué forma actuar mientras llegaba el cese.

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Para Mauricio Jaramillo, el Gobierno Nacional debería proponer, casi que como un inamovible, el cese bilateral, “porque va a ser muy difícil negociar en medio del conflicto” y puede llegar el punto en que se rompa definitivamente el proceso.

Recientemente, la Fundación Ideas para la Paz (FIP) hizo un análisis sobre las posibilidades de llegar a un cese con este grupo armado y destacó varios aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de concretar ese acuerdo:

-El Eln que está negociando con el gobierno Petro es una guerrilla con características distintas a la que negoció con el gobierno Santos.

-Es una guerrilla binacional.

- Su fortalecimiento va ligado a los ejercicios de regulación y extracción de economías legales, informales e ilegales, que han permeado su toma de decisiones en lo local.

- Los miembros del Eln en la mesa de diálogo no necesariamente representan a todos los sectores del grupo guerrillero.

- El grupo se concentra más en ampliar sus zonas de dominio y en controlar el poder en lo local.

La FIP recordó también que el 68% de los ceses al fuego establecidos por el Ejército de Liberación Nacional de manera unilateral y bilateral son a nivel regional y de corto tiempo, y básicamente están asociados a temas humanitarios, como liberación de secuestrados, elecciones y temporadas de vacaciones (Navidad y Semana Santa).

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“Los ceses al fuego de mayor duración (tres meses, seis meses o un año) han estado marcados por los procesos de acercamientos y diálogos con el Estado. En varios no se logró cumplir con lo acordado; en otros, el contexto estuvo marcado por las disputas territoriales con otros grupos armados”, dice la Fundación.

Unas horas después de que se conocieran los hechos en los que murieron 9 militares por cuenta de un atentado cometido por el Eln en Norte de Santander, el presidente de la República, Gustavo Petro, informó a través de sus redes sociales que llamaba a consultas a la delegación del Gobierno en los diálogos de paz con esa guerrilla.

“Un proceso de paz debe ser serio y responsable con la sociedad colombiana”, manifestó el jefe de Estado.

Posteriormente, el mandatario anunció que el encuentro con el grupo se llevaría a cabo hasta el próximo lunes 3 de abril.

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