La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Región
Agua que transforma la educación
La empresa Cens y la Fundación EPM están llevando soluciones de potabilización de agua a las escuelas rurales del departamento.
Authored by
Image
Helena Sánchez
Sábado, 18 de Julio de 2015

Con estas escuelas buscan disminuir y erradicar enfermedades generadas por el consumo de agua no tratada.

Llegar al Catatumbo no es fácil, y menos hacerlo haciendo frente a algunos frentes armados que pueden salir por cualquier vía, a cuestionar quién y a dónde va, por qué, cómo, hasta cuándo y otras cuántas preguntas que nadie quisiera recordar.

“En San Calixto nos salieron dos guerrilleros”, dice uno de los líderes del programa Agua para la Educación que, en Norte de Santander, es promovido por Centrales Eléctricas y la Fundación EPM. “En la empresa ya se volvió anecdótico esto, y hasta me dicen que he hecho arrodillar 15 guerrilleros, pero por protegernos  debajo del carro”.

Aun así, ninguno de los que iba con el propósito de llevar agua a los niños y jóvenes de la provincia de Ocaña y algunas zonas del Catatumbo permitieron que les amilanara esta presencia; es más, parece que se acostumbraron a lidiar con ‘ellos’ pues había que cumplir con el objetivo.

De acuerdo con Luis Alberto Rangel, gerente de Centrales Eléctricas de Norte de Santander, los problemas por falta de sistemas de potabilización que permitieran tener el preciado líquido en óptimas condiciones para el consumo humano son inocultables en varias regiones del departamento, pero aún más en los sectores que la entidad decidió priorizar para ejecutar su proyecto.

“Actualmente, tenemos la expectativa de cubrir 19 escuelas con sus plantas de potabilización”, dice, mientras señala cómo en Antioquia todos los municipios cuentan con estos aparatos que limpian el agua, en ocasiones demasiado contaminada para calmar la sed en estos calurosos climas.

Además, destaca que este es el primer departamento, después de Antioquia, que tiene un proyecto de potabilización tan completo en el que se dará cobertura a tal número de escuelas nortesantandereanas con una inversión de 800 millones de pesos, y unos 5 mil estudiantes beneficiados.

Entre sus memorias, Rangel recuerda que además de los inesperados encuentros de los empleados con la insurgencia, otra de las dificultades fue la contratación de personal dado que si es difícil para los de la región entrar, lo es más para los de fuera.

“Vinieron como 30 contratistas de otras partes, y todos se retiraron”, cuenta risueño, mientras eleva los brazos y se echa hacia atrás en su asiento y piensa en que con todo lo que pasó, finalmente triunfó el proyecto con el que más se conmueve.

“Vea, por ejemplo no hubiera podido hacer proyectos como el de la electrificación rural, si no hubiera contratado gente de la provincia de Ocaña. Pero eso termina por motivar porque son proyectos que le sirven a la región, para generar empleo y para hacer que el departamento siga creciendo”, dice.

Sistema simple

Entre las ventajas de estos sistemas de potabilización, están su bajo costo que apenas llega a los 50 millones de pesos, cada uno, y su mantenimiento no sobrepasa los 100 millones de pesos anuales.

Además, este último proceso es muy sencillo y se puede desarrollar de dos formas.

“Cuando llegamos a las comunidades, con los muchachos, les digo que es algo muy simple, pero necesario”, relata Alfonso Rojas, gestor de Agua para la educación. “Es como cuando ellos comen algo y tienen que lavar su plato, porque de lo contrario todo se contamina. Así hay que tratar la planta”.

Según Rojas, el primer proceso es mecánico y consiste en mover una válvula que tiene la planta, la cual se sacude para remover las impurezas y el sedimento que pueda quedar allí.

El segundo, es un mantenimiento químico, que se hace cada dos o tres meses, dependiendo del grado de contaminación que se evidencie. Se ubica una pastilla de cloro que debe hacer efecto en un término de 10 minutos, para luego realizar el proceso mecánico.

“Nosotros también hacemos acompañamiento técnico, y capacitamos a los estudiantes para que se involucren con el proyecto, y haya sentido de pertenencia y sostenibilidad del mismo”, asegura.

Todos se benefician

Según comentó el gerente, las experiencias adquiridas con este proyecto son impactantes dado que no solo se beneficia a los niños y jóvenes de las instituciones educativas, sino también a sus familias.

Por ejemplo, en una planta construida en Hacarí, los niños llevan recipientes para cargar agua hasta sus hogares, y algunos de sus familiares aprovechan para hacer lo propio.

Ahora, viene la inclusión de Ocaña, Convención, San Calixto, Hacarí, El Carmen, Ábrego, La Playa, Tibú, Cúcuta y un pueblo del Cesar, llamado La Gloria.

Se espera que en la última semana de este mes se dé inicio a la construcción de estas soluciones de potabilización, luego de que el contratista constructor analice las propuestas técnicas y económicas para tal fin, y así se pueda culminar hacia el mes de noviembre con la totalidad de las obras.

Rangel también afirma que cualquiera de los alcaldes del departamento puede manifestar su intención de aportar al desarrollo de sus comunidades, con la cofinanciación de la propuesta, tal como lo hizo recientemente la Gobernación al ofrecer 800 millones para llevar agua a algunas escuelas del sur del departamento, y ampliar la cobertura más allá del Catatumbo.

“Esperamos que los grupos al margen de la ley nos permitan hacer este proyecto, porque queremos llegar con soluciones a todo el territorio”, pidió. “Es nuestro compromiso construir territorios sostenibles y seguiremos haciéndolo, para que todos nos beneficiemos”.

Mantenimiento

En cuatro sencillos pasos se hace la selección y disposición final de las unidades potabilizadoras.

Se seleccionan las instituciones educativas que deben tener comedor escolar y contar con mínimo 100 estudiantes, con el fin de que no se subutilice la solución de potabilización.

Cens llega a los corregimientos donde se requiere la planta de potabilización y se adecúa la infraestructura.

Instalada la planta, se toman las muestras de agua para hacer los estudios físico-químicos para ver si el agua se puede potabilizar, dado que se han hecho hallazgos de aguas duras. Estas, se caracterizan por tener mucho hierro y ser altamente alcalinas, y aunque se pueden tratar, terminan con un sabor lechoso, e incluso a podrido. Si el procedimiento se hace con este tipo de aguas, la planta solo durará tres años, cuando en condiciones normales su vida útil es de 10 a 15 años.

Si las muestras arrojan un valor positivo, se visitan las alcaldías para establecer los convenios y EPM construye las soluciones de potabilización.

Temas del Día