Según los resultados de notificación obligatoria que reportan los prestadores de servicios de salud en el departamento, dos eventos de salud pública ocupan los primeros lugares en ocurrencia: varicela y violencia de género.
Aunque la primera se deriva de la proliferación de brotes que habitualmente ocurren en la región, el segundo preocupa más porque suma 782 casos y tiene un origen sociocultural.
Para Juan Alberto Bitar, director del Instituto Departamental de Salud (IDS), si bien se destacan las denuncias de las familias, cada vez con más frecuencia, lo cual ayuda a poner en evidencia el problema, “definitivamente llama la atención que estén en segundo lugar”.
“Sabemos que esto está desbordado, y que pese a las denuncias no todos los casos están llegando”, señaló el funcionario. “Principalmente, los casos se relacionan con maltrato y cada vez aumentan las consultas, lo cual desencadena el aumento que antes no se veía, porque solo se consultaba cuando era exagerada la forma de castigar a los niños”.
Debido a ello, el Instituto tiene encendidas las alertas y trabaja con especial atención en actividades de prevención, con miras a que disminuya esta situación.
De hecho, se tiene un área de salud pública encaminada solo a la prevención de la violencia de género, que llega a colegios, asociaciones de mujeres, madres cabeza de hogar, y comunidad en general.
De otro lado, aunque en tercer lugar se encuentran las mordeduras de mascotas como un evento de amplio reporte, hay alarma por la persistencia de la enfermedad respiratoria aguda, enfermedades transmitidas por alimentos y desnutrición.
“Es lamentable que se sigan teniendo estos casos, así como fallecimientos relacionados con estas enfermedades”, comentó. “Además, no podemos echarle la culpa únicamente a la atención en salud, porque también son hechos de competencia de medio ambiente, agua potable, educación, recreación y deportes, y las familias”.
Bitar lamentó que los descuidos de las familias acarreen estas consecuencias, pues cuando los niños llegan a las instituciones de salud “lo hacen en un estado deplorable”.
Adicionalmente, explicó que en el caso de la desnutrición, preocupa la crónica, que dejó un niño muerto.
Para los casos de desnutrición aguda se tiene un índice alto derivado de la reclasificación de la enfermedad.
“Por una patología como la diarrea, por ejemplo, se puede producir una baja de peso, y con la relación talla-peso se deja el reporte en el sistema de vigilancia”, dijo. “Sin embargo, en estos casos se puede hacer una recuperación rápida, lo que no ocurre con la desnutrición crónica que se acentúa con el tiempo”.
También se resalta la mortalidad perinatal, derivada de embarazos de alto riesgo, y la sífilis congénita “que no debería ocurrir, porque surge de que aún haya población que no acude a los controles prenatales”.
Condicionantes y acciones
Según los hallazgos del Instituto, algunas condiciones propias de la región favorecen la aparición de las enfermedades, entre ellas, condiciones ambientales, la contaminación del aire en locales cerrados, así como la presencia de agua contaminada y saneamiento deficiente.
Así mismo, las débiles condiciones económicas de la población asegurada y no asegurada, especialmente en las gestantes que no acuden oportunamente a los servicios de salud, y el difícil acceso para la atención médica, empeoran la situación.
Sin embargo, en el caso del departamento, se ha logrado una articulación institucional “favorable, con mejores diagnósticos, y más acciones de prevención”.
También se destaca el cumplimiento de la cátedra en salud pública, que podría ser incluida próximamente en los planes escolares, con el fin de que los niños conozcan los problemas de salud pública y se logren diezmar estas patologías.
El histórico
Entre 2009 y 2014 las principales causas de mortalidad infantil y en la niñez, se originaban en el periodo perinatal; en segundo lugar, estaban las malformaciones congénitas, con una tasa de 57 por cada 100.000 menores de 5 años en 2014, condiciones que, a la fecha, siguen ocupando los primeros lugares.
La mitad de la población menor de 5 años con mayor índice de necesidades básicas insatisfechas en el departamento, acumuló entre 2009 y 2014 casi el 50% de la mortalidad por enfermedad diarreica aguda.
La principal causa de morbilidad para el grupo de menores de 5 años en 2015 fueron las condiciones transmisibles y nutricionales, las cuales abarcaron el 39% del total de las atenciones realizadas en este grupo poblacional, con una tendencia a la disminución comparada con años anteriores.