El apego evitativo y el apego ansioso ambivalente definen dos perfiles psicológicos, de personalidad y de relacionamiento, opuestos entre ellos, pero que en las dinámicas de una relación romántica, suelen coincidir. Es común ver en las relaciones de pareja a una persona más dedicada, amorosa y vulnerable; mientras que el otro, es frío, distante y tiende a alejarse en algunos momentos.
Según Rafael Guerrero, licenciado en Psicología Clínica y de la Salud, casi el 40 % de las personas sufre las consecuencias del apego inseguro desde la ansiedad o incertidumbre, explicó para El País de España.
Esto ocurre porque una persona con apego evitativo coincide románticamente con una persona de apego ansioso.
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“Una persona con apego ansioso en una relación con otro, tiene una percepción de sí de que es abandonable o débil, lo que lo lleva a tener una dependencia emocional. En el apego evitativo, generalmente las personas tienen una manifestación de desconfianza hacia los otros, por lo que tienden a evitar el contacto con los demás. Son personas que suelen mostrarse distantes, frías, con una especie de desdén en las relaciones interpersonales”, explicó el psicólogo Rodrigo Mazo Zea, docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Pontificia Bolivariana.
La unión de dos personas con este tipo de apegos es una combinación particular, ya que sus roles se distinguen muy bien dentro de la relación. El apego ansioso suele ser abnegado y le entrega la capacidad de decisión y las riendas de la relación al que tiene apego evitativo, una tarea que le gusta tener.
“Esa percepción de que uno sea dependiente y el otro sea más autónomo, suele compensarse en la relación y llegar a tener una armonía en el vínculo que establecen”, aseguró el experto.
Pero aunque puede haber cierta armonía, como en todas las relaciones, comienzan a aparecer diferencias. La persona con apego ansioso suele ser demandante en las muestras de afecto y la cercanía, quiere que constantemente validen sus emociones y la otra persona la ven como una fuente de protección.
Mientras que, la persona con apego evitativo, se muestra desinteresada o despreocupada para establecer vínculos porque “tiene la creencia de que si se compromete lo suficiente con los demás, los otros pueden abandonarlo y sería un golpe duro. Temen al rechazo y la separación de otros”, detalló el psicólogo.
En esa dinámica, cuando la persona con apego ansioso busca excesivamente la atención del otro y es demandante para que su pareja reafirme constantemente sus sentimientos, la persona con apego evitativo se abruma y su primera respuesta es distanciarse.
“Se siente asfixiada, intimidada y eso le provoca resistencia en la relación. La persona responde con frialdad y distanciamiento”, finalizó Rodrigo Mazo Zea.
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Superar las adversidades
Para que una pareja con estos dos perfiles de apego pueda ser exitosa, ambos deben tomar conciencia de las diferencias que tienen de reaccionar ante los problemas y las demandas del otro.
Se deben generar espacios de diálogo donde cada uno pueda expresarse y manifestar lo que quiere de la relación, lo que le gusta de su pareja y lo que podría mejorar. Esto hará que la relación perdure y se mantenga en el tiempo.
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