El desalojo de la casa-museo que construyó Roberto Escobar Gaviria para rendir memoria a su hermano, Pablo Escobar, finalmente se materializó este viernes por parte de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), luego de que la propiedad ubicada en El Poblado se le aplicara la extinción de dominio por lavado de activos.

En un procedimiento que se desarrolló en completa calma y sin mayores inconvenientes, los encargados del procedimiento sacaron todas las imágenes y elementos alusivos al extinto capo del Cartel de Medellín y que son propiedad de alias El Osito, como es conocido el hermano de Escobar.

La medida de embargo contra esta propiedad se aplicó el pasado 19 de octubre y hubo dos intentos para efectuar el desalojo, pero estos no se materializaron, principalmente por medidas cautelares de tipo judicial.

El primer intento de desalojo fallido se presentó el 28 de diciembre del año pasado, cuando las autoridades hicieron presencia, pero Roberto Escobar hizo una solicitud para que le permitieran retirar las pertenencias que allí se encontraban, por lo que esta casa-museo continuó en pie.

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La segunda oportunidad en la que los funcionarios de la SAE intentaron hacer el desalojo ocurrió el pasado 14 de febrero, pero esta vez interpusieron una acción de tutela para evitarlo, expresando que uno de los familiares no podía ser evacuado por temas de salud.

Sin embargo, ante la respuesta negativa de esta nueva acción judicial, finalmente este viernes llegaron los funcionarios de la SAE, la Fiscalía, la Policía Metropolitana, la Personería de Medellín y Bienestar Familiar para materializar este procedimiento, sobre el cual esta vez no hubo medida provisional que lo evitara.

A los familiares de alias El Osito se les permitió retirar algunas pertenencias que no correspondían a este proceso judicial, mientras que los demás quedaron en una bodega de la SAE, bajo custodia judicial. Mientras tanto, los vehículos que eran propiedad del fallecido narcotraficante también están bajo custodia de manera temporal.

“En este inmueble la Sociedad de Activos Especiales pretende crear un proyecto de resignificación del espacio”, expresaron en el pronunciamiento sobre el espacio que por décadas era utilizado como atractivo turístico para que los visitantes conocieran parte de la historia de Escobar Gaviria.

La casa-museo había sido clausurada desde el 2018, argumentando que este espacio no contaba con los permisos necesarios para operar y recibir personas provenientes desde el exterior.

La propiedad donde operaba tiene un valor comercial de 12.000 millones de pesos y durante un par de décadas estuvo a nombre de varias personas, quienes serían testaferros de los Escobar Gaviria, todo con el fin de evadir los procesos legales que pudieran surtirse sobre la misma.

Liliana Patricia Donado, directora especializada de Extinción de Dominio de la Fiscalía, expresó cuando ocurrió el segundo intento de desalojo que “al parecer, esta situación fue aprovechada por Roberto de Jesús Escobar Gaviria, hermano del excabecilla narcotraficante, quien presuntamente desplegó distintas acciones para mantener el dominio sobre el bien”.

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Además de las acciones legales respectivas, el hermano del fallecido capo había buscado varias alternativas para evitar que lo sacaran de la vivienda, incluso llegando a proponer que estaba dispuesto a pagarle arriendo a la SAE o a quien fuese necesario, petición que siempre terminó con negativas.

En la casa-museo se podían evidenciar fotos de Pablo Escobar cuando se encontraba en su apogeo, así como murales y otras actividades que destacaban su accionar en el mundo criminal durante las décadas del 70, 80 y 90. Además se vendía mercancía de todo tipo con la imagen del capo asesinado el 2 de diciembre de 1993.

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