Los vecinos que habitan en los alrededores del canal Bogotá, en el barrio Cundinamarca, aseguraron que el reciente homicidio de Javier Fernando Martínez Neira, ocurrido la noche del sábado, se desencadenó por la inseguridad que generan los consumidores de drogas que frecuentan esta zona.

La oscuridad y la soledad que reinaban a las 11:00 de la noche en este sector, fueron cómplices del asesinato que no dejó rastros ni testigos para las autoridades.

“Nosotros sí escuchamos como cinco disparos, pero lo primero que hicimos fue escondernos y esperar a que llegara la Policía, porque uno no sabe qué pueda pasar después”, comentó una vecina del lugar.

A pesar de que la víctima quedó baleada a pocos metros de su casa, junto con su familia prefirieron resguardarse en la vivienda por seguridad.

Los habitantes de esta zona coincidieron en que la problemática del consumo desmedido de drogas y la constante presencia de habitantes de calle en este lugar, que ha trascendido al pasar de los años, sigue manteniendo latente los riesgos de violencia e inseguridad por cuenta de las bandas de microtráfico y de atracadores que proliferan allí.

Minutos después del hecho, uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta que fueron alertados a través de una llamada, arribaron al sitio del hecho y trasladaron a Martínez Neisa, quien recibió tres impactos de bala, a la Unidad Básica de la Loma de Bolívar, donde finalmente murió.

De los homicidas no se tuvo ninguna característica, por lo que los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) practicaron la inspección técnica en el lugar del ataque y posteriormente se encargaron del levantamiento del cadáver.

“Necesitamos más presencia de la Policía en este sector, pero no por ratos, sino que sea constante. Acá vienen, corren a los consumidores y a los cinco minutos vuelven a llegar”, dijo uno de los vecinos del lugar.

El cadáver de Javier Fernando Martínez fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, a la espera de que sea reclamado por sus familiares.