“Amenaza permanente”
El año pasado, las cárceles ecuatorianas fueron escenario de cruentos enfrentamientos. En febrero, en la misma cárcel de El Turi murieron 34 reclusos durante una revuelta que se produjo de manera simultánea en cuatro prisiones del país. En esa ocasión murieron un total de 79 presos.
En septiembre, en una cárcel de la provincia de Guayas, se produjo una de las peores masacres carcelarias de Latinoamérica, cuando fallecieron 119 reos en un motín.
En esa misma prisión, 62 personas murieron en noviembre cuando reclusos de un pabellón ingresaron a otro para matar a los miembros de una banda rival usando armas de fuego, explosivos y machetes.
“Las cárceles lastimosamente se han convertido durante mucho tiempo en una amenaza permanente, pero existe la voluntad y vamos a tomar las acciones que sean necesarias”, mencionó Carrillo.
En las 65 prisiones de Ecuador, con capacidad para unas 30.000 personas, hay unos 39.000 presos (30% de sobrepoblación). Del total, 15.000 están sin sentencia.
La nación andina tiene un déficit de 2.500 guías penitenciarios. Actualmente hay apenas 1.646 para todo el país.
Las autoridades consideran que las masacres son producto de enfrentamientos entre bandas criminales que se disputan territorios para la venta de droga dentro y fuera de las cárceles y que están relacionadas con el narcotráfico internacional.
Para reducir el hacinamiento en las penitenciarías, el presidente Guillermo Lasso firmó en febrero un decreto que estableció las condiciones para que unos 5.000 presos sean indultados.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: https://bit.ly/Suscríbete_Aquí .