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El fútbol colombiano ha quedado en alto esta temporada con la
representación en Europa de los jugadores que actúan en Italia y
Portugal.
Quizás el logro más significativo e importante es el título alcanzado por el Oporto de Portugal, con los colombianos, Freddy Guarín, James Rodríguez (cucuteño de nacimiento) y Radamel Falcao García, al ganar la Liga Europa (antigua Copa Uefa).
Falcao además se convirtió en el máximo artillero de esta competición con 16 goles, superando el récord del alemán Jürgen Klismann, de 15 anotaciones.
Pero lo que poco o muchos no saben, es que detrás de este “fenómeno”, hay una cucuteña, una nortesantandereana de pura cepa, nacida en el barrio Carora. Andreina Fiallo Soto, esposa de Freddy Guarín, campeón de Europa.
Guarín fue quien dio el pase a gol a Adrián Ramos, para la anotación del triunfo el sábado sobre Costa Rica, en el estreno de Colombia en la Copa América de Argentina.
Aunque es cucuteña, al otro lado de la línea del teléfono su acento se escucha paisa. Aún así se siente cucuteña de “racamandaca”, lo cual afirma con mucha seguridad.
“Conocí a mí esposo en la casa de mi mamá (en Medellín), por intermedio de un compañero de él (Henry Rojas, defensa) cuando jugaba en las divisiones menores de Nacional”.
Andreina, quien lleva más de 15 años viviendo en la capital antioqueña con su familia, recuerda que aunque es seguidora de Nacional no le gustaba ir al estadio.
No obstante, con todo lo que ha vivido siguiendo los pasos de Freddy por el Boca Juniors (Argentina), el Saint Etienne (Francia) y ahora con Oporto, ha despertado cierta pasión por el fútbol.
A los 18 años y después de tanto coqueteo, y salidas, encuentros en Medellín, Freddy Guarín logró anotar su primer gol de su vida: conquistar a Andreina, con quien no dudó en formar un hogar. Lo hizo cuando apenas integraba la selección Sub-20 de Colombia en el año 2005.
De esa unión nació Daniel Alejandro Guarín Fiallo.
Tras su paso por la selección, Freddy viajó a Argentina para jugar con el Boca Juniors donde actuó poco, debido a que el técnico Alfio ´El Coco´ Basile, lo llevaba al banco de suplentes.
“A los 15 días no nos aguantamos sacamos el pasaporte y viajé con el niño a Argentina, allí permanecimos un año, fue una experiencia nueva donde tuvimos que luchar juntos, éramos muy jóvenes para convivir lejos de nuestras familias, pero nos fue bien”, apuntó la esposa de Guarín.
“Fue difícil para los tres, llegar a un país donde no se conoce a nadie, no entiende uno el idioma, aunque había dos argentinos, las cosas no eran iguales, porque Freddy quería jugar y no había como”, relató Andreina.
Añadió que hubo momentos en los que quiso regresar a Colombia donde tenía algunas ofertas importantes, pero Andreina y Freddy no se querían rendir ante las dificultades.
“Desde abajo nos hemos hecho la compañía, nos hemos apoyado el uno al otro, lo he apoyado en su fútbol dándole ánimos, fuerza, para que el no tomará un decisión de decir: “no quiero estar más acá quiero devolverme para Colombia, que hubiera sido lo más fácil”, aseveró.
“Allí en Francia alcanzó a ser titular, se destacó en los varios partidos, pero no se le dieron las cosas como cuando llegamos a Oporto”, afirmó Andreina Fiallo.
“Cuando nos fuimos a (vivir) a Argentina, no me imaginaba la magnitud de lo que se sentiría, porque no la había vivido y no era tan apasionada al fútbol. Para Freddy fue una oportunidad hermosa. Todo el mundo no tiene el privilegio de jugar en Boca”, manifestó, la cucuteña.
Sobre la vivencia de los títulos en la Liga Portuguesa y la Liga Europa, expresó Fiallo que fue un momento emotivo, mágico, sin precedentes, algo único e repetible.
“Como te comenté, no soy muy fanática del fútbol, pero cuando empiezas a vivirlo, a convivir con una persona donde su vida y pasión es esto (el fútbol), que te cuenta las historias de la niñez, donde todo era fútbol, fútbol, terminas encariñándote con todo el medio”, declaró Andreina.
Agregó que “para mí es un orgullo, me siento orgullosa como cucuteña que soy, porque mi esposo (Freddy) se lo merecía, viene de muy abajo luchando, al comienzo no jugaba mucho, pero lo tenían en cuenta, siempre he estado motivándolo para adelante, no importaba si se caía una o dos veces, lo importante era que tenía que levantarse una y otra vez para continuar adelante”.
Declaró que Freddy es una persona sencilla, tranquila, que tiene gusto por la buena comida.
Obviamente no puede faltar la típica bandeja paisa y los pasteles cucuteños de garbanzo para no perder la tradición de la familia.
En cuanto a lo que significa ser la dueña del corazón del campeón de Europa, dijo que “más allá de eso, de lo cual me siento orgullosa, me siento afortunada porque es un gran hombre, una persona maravillosa, un excelente papá. Como persona es muy valioso, aparte de lo que ha logrado como profesional”.
Andreina manifestó que la mayor ilusión de Freddy es jugar en el laureado Manchester United de Inglaterra.
Omar.romero@laopinion.com.co
El fútbol colombiano ha quedado en alto esta temporada con la representación en Europa de los jugadores que actúan en Italia y Portugal.Quizás el logro más significativo e importante es el título alcanzado por el Oporto de Portugal, con los colombianos, Freddy Guarín, James Rodríguez (cucuteño de nacimiento) y Radamel Falcao García, al ganar la Liga Europa (antigua Copa Uefa).
Falcao además se convirtió en el máximo artillero de esta competición con 16 goles, superando el récord del alemán Jürgen Klismann, de 15 anotaciones.
Pero lo que poco o muchos no saben, es que detrás de este “fenómeno”, hay una cucuteña, una nortesantandereana de pura cepa, nacida en el barrio Carora. Andreina Fiallo Soto, esposa de Freddy Guarín, campeón de Europa.
Guarín fue quien dio el pase a gol a Adrián Ramos, para la anotación del triunfo el sábado sobre Costa Rica, en el estreno de Colombia en la Copa América de Argentina.
Aunque es cucuteña, al otro lado de la línea del teléfono su acento se escucha paisa. Aún así se siente cucuteña de “racamandaca”, lo cual afirma con mucha seguridad.
El primer gol de corazón
¿Pero dónde, cuándo y cómo conoció a Freddy?“Conocí a mí esposo en la casa de mi mamá (en Medellín), por intermedio de un compañero de él (Henry Rojas, defensa) cuando jugaba en las divisiones menores de Nacional”.
Andreina, quien lleva más de 15 años viviendo en la capital antioqueña con su familia, recuerda que aunque es seguidora de Nacional no le gustaba ir al estadio.
No obstante, con todo lo que ha vivido siguiendo los pasos de Freddy por el Boca Juniors (Argentina), el Saint Etienne (Francia) y ahora con Oporto, ha despertado cierta pasión por el fútbol.
A los 18 años y después de tanto coqueteo, y salidas, encuentros en Medellín, Freddy Guarín logró anotar su primer gol de su vida: conquistar a Andreina, con quien no dudó en formar un hogar. Lo hizo cuando apenas integraba la selección Sub-20 de Colombia en el año 2005.
De esa unión nació Daniel Alejandro Guarín Fiallo.
Tras su paso por la selección, Freddy viajó a Argentina para jugar con el Boca Juniors donde actuó poco, debido a que el técnico Alfio ´El Coco´ Basile, lo llevaba al banco de suplentes.
“A los 15 días no nos aguantamos sacamos el pasaporte y viajé con el niño a Argentina, allí permanecimos un año, fue una experiencia nueva donde tuvimos que luchar juntos, éramos muy jóvenes para convivir lejos de nuestras familias, pero nos fue bien”, apuntó la esposa de Guarín.
Camino espinoso
Fiallo señaló que después vino en el 2006, el salto al Saint Etienne (Francia), donde tampoco fueron fáciles las cosas para Freddy. La disputa por un puesto en el equipo principal fue complicada.“Fue difícil para los tres, llegar a un país donde no se conoce a nadie, no entiende uno el idioma, aunque había dos argentinos, las cosas no eran iguales, porque Freddy quería jugar y no había como”, relató Andreina.
Añadió que hubo momentos en los que quiso regresar a Colombia donde tenía algunas ofertas importantes, pero Andreina y Freddy no se querían rendir ante las dificultades.
“Desde abajo nos hemos hecho la compañía, nos hemos apoyado el uno al otro, lo he apoyado en su fútbol dándole ánimos, fuerza, para que el no tomará un decisión de decir: “no quiero estar más acá quiero devolverme para Colombia, que hubiera sido lo más fácil”, aseveró.
No obstante, la perseverancia, alcanza lo que la dicha no logra.
Como todo jugador profesional, hizo fila en el equipo francés, jugando en la segunda división, hasta que por fin en el 2008, logró actuar en la Liga francesa, destacándose en varios partidos, y pese a que mejoró la situación parecía un reflejo de lo vivido con el Boca Juniors, pocas oportunidades.“Allí en Francia alcanzó a ser titular, se destacó en los varios partidos, pero no se le dieron las cosas como cuando llegamos a Oporto”, afirmó Andreina Fiallo.
La justicia divina
Sin embargo, cosas buenas estaban por venir para el puerto boyacense. Cuando se dio el paso al Oporto de Portugal, del técnico Vilas Boas en el 2008, esa luz tenue comenzó a vislumbrar en el firmamento.“Cuando nos fuimos a (vivir) a Argentina, no me imaginaba la magnitud de lo que se sentiría, porque no la había vivido y no era tan apasionada al fútbol. Para Freddy fue una oportunidad hermosa. Todo el mundo no tiene el privilegio de jugar en Boca”, manifestó, la cucuteña.
Sobre la vivencia de los títulos en la Liga Portuguesa y la Liga Europa, expresó Fiallo que fue un momento emotivo, mágico, sin precedentes, algo único e repetible.
“Como te comenté, no soy muy fanática del fútbol, pero cuando empiezas a vivirlo, a convivir con una persona donde su vida y pasión es esto (el fútbol), que te cuenta las historias de la niñez, donde todo era fútbol, fútbol, terminas encariñándote con todo el medio”, declaró Andreina.
Agregó que “para mí es un orgullo, me siento orgullosa como cucuteña que soy, porque mi esposo (Freddy) se lo merecía, viene de muy abajo luchando, al comienzo no jugaba mucho, pero lo tenían en cuenta, siempre he estado motivándolo para adelante, no importaba si se caía una o dos veces, lo importante era que tenía que levantarse una y otra vez para continuar adelante”.
Vida en familia
Un día particular de los Guarín Fiallo, es compartir con su hijo Daniel Alejandro y con la nueva heredera de la familia, Danna Fernanda, de cuatro meses y nacionalidad portuguesa. Andreina manifestó que es una familia muy unida.Declaró que Freddy es una persona sencilla, tranquila, que tiene gusto por la buena comida.
Obviamente no puede faltar la típica bandeja paisa y los pasteles cucuteños de garbanzo para no perder la tradición de la familia.
En cuanto a lo que significa ser la dueña del corazón del campeón de Europa, dijo que “más allá de eso, de lo cual me siento orgullosa, me siento afortunada porque es un gran hombre, una persona maravillosa, un excelente papá. Como persona es muy valioso, aparte de lo que ha logrado como profesional”.
Andreina manifestó que la mayor ilusión de Freddy es jugar en el laureado Manchester United de Inglaterra.