La incertidumbre sobre el panorama electoral y el costo de vida para los colombianos, que en 2021 se ubicó en 5,62%, es decir, el más alto desde 2017, son los dos grandes desafíos que enfrenta la economía de Colombia este año.
Sin embargo, para Hernando José Gómez, presidente de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), a pesar de algunos indicadores como que el costo de vida siga incrementando, las proyecciones apuntan a que este será un buen año para la economía colombiana, con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 4%, y una fuerte reducción de la tasa de desempleo, que volvería a estar por debajo de 10% en los últimos meses de 2022.
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Para Gómez, es de resaltar el desempeño de la actividad productiva en 2021, por lo que se espera que el PIB anual sea de 10,3%. Y en cuanto a este año, el dirigente gremial proyecta que los sectores de mayor dinamismo serían los de la construcción y minas y canteras, con variaciones anuales de 8,3% y 7,1% respectivamente. Le seguirían las comunicaciones (5,5%), el comercio (5,2%) y la industria (4,5%).
Asimismo, la asociación bancaria estimó que el consumo de los hogares continuará jalonando la recuperación económica, debido principalmente al proceso de vacunación y la disminución del desempleo. Y aunque esto podría representar un mayor endeudamiento de los hogares, Gómez afirmó que este sería más leve que el año pasado (ver Paréntesis).
“Esperamos que este año logremos recuperar los 700.000 empleos que aún faltan, así las familias podrán estabilizar sus ingresos y gastos. El reto ahora es fomentar exportaciones, crecimiento en sectores que generen una productividad y que permitan unas buenas remuneraciones”, indicó el presidente de Asobancaria.
Inflación, un gran reto
Para el 2022, el gremio del sector bancario estimó que la moderación de la incidencia de la pandemia y los incrementos de tasa de interés permitirán una corrección de la inflación total, aunque se mantendría por encima del rango meta (4,6%).
“La inflación es el mayor reto que estamos enfrentando no solo en Colombia sino en el mundo. En la medida en la que se normalice la producción de alimentos a nivel mundial y los problemas en las cadenas logísticas globales, la inflación básica debe empezar a reducirse”, aseguró Gómez.
y agregó que en este primer trimestre se espera que la inflación siga subiendo, llegando en marzo a un pico por el orden del 7%, pero a partir de este momento esta debería empezar a reducirse.
¿Una economía resiliente?
A pesar de las afectaciones que trajo la pandemia y de ser un país en vía de desarrollo, Colombia mostró un ritmo más acelerado de su economía, superando a pares regionales como México y Perú, e incluso, a economías mucho más fuertes como la de Estados Unidos.
De acuerdo con Gómez, este fenómeno se daría gracias al papel que jugaron los subsidios otorgados por el Gobierno Nacional y los alivios financieros que dio la banca a las personas.
“Por primera vez en Colombia el crédito ha sido parte de la solución y no del problema. Esto, en el sentido de que los créditos se siguieron otorgando durante toda la pandemia y eso, complementado con medidas como el plan de apoyo de los deudores y el subsidio a la nómina, evitó que muchas empresas se fueran a la quiebra y permitió que el consumo de las familias no se viera tan afectado”, indicó Gómez.
Asimismo, resaltó que las jornadas de los días sin IVA también ayudaron a la recuperación de las empresas y a generar una mayor confianza de los consumidores.
En cuanto a este rebote, Raúl Ávila, profesor de economía de la Universidad Nacional, explicó que la caída que tuvo el país en su economía entre 2019 y 2020 fue mucho más fuerte que las caídas que tuvieron México y Estados Unidos, por ejemplo. Así, según el analista, a una mayor caída, una mayor recuperación.
“La economía colombiana ha tenido una recuperación más fuerte porque las actividades productivas nacionales empezaron a apalancarse rápidamente con el crecimiento, y Colombia ha tenido una flexibilización más amplia en cuanto a la reactivación económica que la que han tenido otros países. Eso también ha acelerado ese rebote”, apuntó Ávila.
Finalmente, aunque los pronósticos son positivos para este año, aún existen riesgos como un posible repunte de la inflación a nivel global y una mayor celeridad en el proceso de normalización monetaria. Asimismo, no se descarta la amenaza de nuevas variantes y olas de contagios por covid-19 en el país ni la persistencia en los problemas en las cadenas logísticas globales
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