Si no llueve de forma constante, los habitantes de Cabrera se quedarán totalmente si agua antes de 15 días.
Carlos Bautista, alcalde de esta pequeña población de la provincia de Guanentá, dijo que los yacimientos desde donde se está abasteciendo al sector urbano ya están prácticamente secos y las reservas de la represa La Esperanza (que surte al sector rural) son escasas.
El municipio, declarado en calamidad pública desde finales de 2024, necesitaría de carrotanques y de la ayuda de las poblaciones vecinas en las próximas dos semanas.
Acostumbrados a los problemas de abastecimiento de agua durante las largas temporadas de verano, Bautista recordó que en mayo de 2024 una creciente de agua se llevó el acueducto ubicado sobre la quebrada La Vitoca, desde donde se surtía el líquido para el acueducto municipal.
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Para adelantar el nuevo proyecto se necesita la construcción de 5,2 kilómetros de vía, una nueva bocatoma, un desarenador y toda la infraestructura para llevar el agua hasta el casco urbano. El mandatario aseguró que el municipio realizará los trabajos de consultoría del proyecto y se espera el apoyo de la Gobernación de Santander para la ejecución del mismo.
Este municipio está a 16 kilómetros de Barichara, otra localidad que sufre problemas similares en tiempos de sequía.
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