El Juzgado 10 penal del Circuito de Bogotá reveló el sentido de fallo condenatorio en contra del exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia Francisco Javier Ricaurte, por los delitos de concierto para delinquir, cohecho propio, tráfico de influencias y utilización de información privilegiada. Además se ordenó su captura inmediata.
En la audiencia, que inició a las 8:00 de la mañana, el Juez Guillermo Adame Suarez recogió la acusación de la Fiscalía, que señaló a Ricaurte de promover y dirigir una organización criminal entre 2013 y 2016, junto con el también exmagistrado Leonidas Bustos, a la que integraron al exfiscal anticorrupción Luis Gustavo Moreno, al abogado Leonardo Pinilla y el exmagistrado de la Sala Penal Gustavo Enrique Malo Fernández, para direccionar procesos penales a cambio de dinero.
De acuerdo con la acusación, las reuniones para 'torcer' los procesos se realizaban en la casa de Ricaurte y Bustos, quienes tenían los contactos y conseguían los clientes, los cuales en su mayoría eran dirigentes políticos investigados.
Los exmagistrados manejaban los casos con diferentes estrategias: conseguir información privilegiada, retardar los trámites, instrumentalizar medios de comunicación para restar credibilidad a testigos y hasta alterar evidencias, todo con el objetivo de obtener decisiones con apariencia de legalidad.
El juez tuvo en cuenta igualmente el testimonio del exfiscal anticorrupción, Luis Gustavo Moreno, quien declaró contra Ricaurte acogiéndose a un principio de oportunidad.
En su testimonio, Moreno aceptó hacer parte de “una organización criminal para favorecer a los que eran amigos de Francisco Ricaurte o a aquellos que se acercaran a esta organización bajo la apariencia de legalidad”.
Según la declaración del exfiscal anticorrupción, Ricaurte conoció a Moreno en el año 2012 a través de Bustos e inmediatamente decidieron trabajar juntos y luego acordaron conformar una oficina en el norte de la capital en conjunto con Ruth Marina Díaz. Este despacho fue el lugar donde el exfiscal empezó a trabajar en algunos casos que le refería el exmagistrado.
Este lugar estaba ubicado en el norte de Bogotá y era de bajo perfil de acuerdo a una conversación entre Ricaurte y Moreno, donde el primero le decía que “es un hotel donde no viene mucha gente y uno se puede camuflar”, dijo el extogado.
En ese momento, Ricaurte fungía como magistrado del Consejo Superior de la Judicatura y tenía dos oficinas “una en la calle 94 donde laboraba y otra en donde estaba Luis Gustavo Moreno y al cual le pasaba procesos”.
Los exsenadores Álvaro Ashton, Musa Besaile y Julio Manzur, además de los exgobernadores Alejandro Lyons y Juan Carlos Abadía, fueron algunos de los beneficiados por estos actos de corrupción.