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Colombia
Habla pasajeros de avión que aterrizó de emergencia en Medellín
Tripulación y viajeros no fueron afectados. Solo dos personas necesitaron atención.
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Colprensa
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Miércoles, 30 de Marzo de 2022

Un matrimonio oriundo de San Roque, Antioquia, sintió que la tarde de este martes sería su último día juntos. Juan Camilo* y su esposa viajaban rumbo a Cartagena en el vuelo LA4292 de Latam que aterrizó de emergencia en el aeropuerto José María Córdova, después de un problema en una de las ruedas del tren delantero durante el despegue.

“Todo mundo comenzó a decir: ¡colisión, colisión, colisión! Vamos a colisionar...”, contó.


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Los videos que generaron conmoción en redes sociales fueron un retrato mínimo de lo que ocurrió con decenas de pasajeros. Todo empezó, según Juan Camilo, a las 10:00 de la mañana. Para esa hora estaba proyectado el vuelo rumbo a Cartagena, pero la aerolínea lo reagendó porque afrontaba retrasos.

Unas cuatro horas después, cuando por fin llegó el avión, a los viajeros se les indicó que la máquina presentaba algunas fallas técnicas y que, posiblemente, se iba a cancelar el vuelo. “Incluso lo sacaron de las pantallas y eso generó mucho malestar. Pero luego el personal de la aerolínea dijo que sí se podía viajar. Entonces todo el mundo decidió subirse”.

El vuelo, sin embargo, no parecía normal. Esa fue la impresión con la que se quedó Juan Camilo, tras relatar que al despegar se escuchó un sonido extraño y que dieron vueltas sobre el aeropuerto cerca de diez minutos, sin lograr estabilizar el avión.

Cuando ya acumulaban 20 minutos de vuelo, las azafatas explicaron que afrontaban un problema técnico y que recurrirían a un aterrizaje de emergencia, según la versión de Juan Camilo. “No nos explicaban cuáles eran las razones. Casi media hora en el aire así. Eso fue como una eternidad”.

Una vez comenzaron las maniobras de aterrizaje, la tripulación envió a los pasajeros hacia la parte trasera del avión. Parecía imposible evitar una colisión. “Todo mundo comenzó a decir: ¡colisión, colisión, colisión! Vamos a colisionar...”. En ese momento la mayoría de viajeros, incluido Juan Camilo y su esposa, se pusieron a llorar y a orar.


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“Se alcanzó a pensar que el avión podía explotar por el tema de la gasolina (ni Latam ni la Aerocivil han ahondado en las causales de la emergencia, pero la Aeronáutica investiga los hechos)”, relató el viajero, quien no olvida las cuatro máquinas y los bomberos que aguardaban en la pista mientras el avión trataba de aterrizar.

Luego se sintió un golpe fuerte, en medio de los llantos y las oraciones de tripulantes y pasajeros. El avión aterrizó, “pero pasó mucho tiempo para que nos bajaran porque había quedado muy inclinado hacia atrás”.

El susto pasó, afirmó Juan Camilo, quien “estaba listo para que ese fuera el último momento”. Igual no sucedió con el vuelo ni con las respuestas de la aerolínea. Aunque les propusieron reprogramar para este miércoles a las 11:00 de la noche, no les han dado mayores explicaciones y a otros, según su versión, no les quieren devolver lo que pagaron por el vuelo.

Lo cierto es que sus ganas de ir a Cartagena, después de semejante susto, se evaporaron. Ni la reserva en el hotel —y menos el itinerario que ya tenían programado— podría borrar lo que sintió este matrimonio que viajaba en los asientos 17a y 17b, en el vuelo que causó conmoción este martes.

Latam informó en un comunicado, que los pasajeros perjudicados por la emergencia y que tenían trayectos programados este 29 y 30 de marzo podrán modificar la fecha de viaje o solicitar la devolución del dinero sin ningún cobro adicional.

“Muchas personas estaban llorando, rezando, gritando”

Kelly Manuela Cifuentes, otra pasajera del vuelo LA4292 de Latam, relató que el piloto los salvó, que sin sus maniobras no estarían contando el cuento.

“Empezamos a notar cosas raras y no se veía que el avión avanzara. La azafata nos dijo que guardáramos la calma. Nos pusimos los cinturones de seguridad, luego estuvimos en posición fetal, y nos explicaron cómo poner a los niños. Fueron momentos de mucha zozobra”.

Y, por último, relató: “Muchas personas estaban llorando, rezando y gritando. Había gente desmayada. Traté de guardar la calma, pero en el momento que aterrizamos no pude más y exploté en llanto”.

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