La travesía de Colombia por la crisis del coronavirus puede prolongarse hasta finales de año e incluso hasta los primeros meses de 2021, considera el ministro de Salud, Fernando Ruiz Gómez, quien opina que la incertidumbre actual en el país y en el mundo solo desaparecerá cuando se encuentre una vacuna.
"Los modelos nos dan que probablemente hasta finales de noviembre, principios de diciembre, tendremos una afectación todavía relativamente importante. Mi aspiración es que en enero y febrero ya hayamos pasado la peor parte de la situación", dijo Ruiz en una entrevista con Efe.
Desde el 6 de marzo, cuando se confirmó el primer caso de COVID-19, el país acumula 173.206 contagiados y 6.029 fallecidos, cifras que, según explica, responden a una estrategia para ralentizar la pandemia y aminorar en lo posible las defunciones.
"Nuestro objetivo como país es reducir la mortalidad, por eso tomamos decisiones que han sido incluso controversiales, como el aislamiento de los mayores de 70 años. Eso fue una apuesta para no tener tan alta mortalidad y hasta ahora ha venido lográndose", manifestó el ministro, médico graduado en la Universidad Javeriana (Bogotá).
Contagio prolongado
Según explicó, las medidas tomadas por el Gobierno desde el inicio de la pandemia, que incluyen una cuarentena a la que posteriormente se le hicieron 44 excepciones para actividades productivas, "han hecho que el contagio se venga extendiendo a lo largo del tiempo".
"Otros países han optado por afrontarlo y salir rápidamente del tema, con unas consecuencias en mortalidad muy grandes. Yo entiendo un poco las decisiones de política y las prioridades de cada país; nosotros tomamos esta y esto hace que seguramente lleguemos con una afectación importante a final del año", subrayó.
Ruiz, que también tiene una maestría en Salud Pública y Salud Ocupacional de la Harvard School of Public Health (Boston, EE.UU.) y un doctorado en Salud Pública del Instituto Nacional de Salud Pública de México, asumió el cargo el pasado 3 de marzo, cuando la COVID-19 apenas se asomaba en el país, y se convirtió en el rostro visible de la lucha contra la pandemia.
El ministro considera que si Colombia no hubiera tomado en marzo las medidas de aislamiento social para ganar tiempo y preparar el sistema de salud para enfrentar la emergencia en mejores condiciones, habría tenido "un pico en la primera semana de mayo que probablemente nos hubiera llevado a 1,2 millones de afectados en el momento más crítico".
Los cifras actuales están muy lejos de la proyección de que casi cuatro millones de personas -el 8,1 % de la población del país- podían resultar contagiadas si no se hacían intervenciones en salud pública, como quedó consignado en el decreto de marzo pasado que declaró el estado de emergencia nacional para contrarrestar el avance de la COVID-19.
Ese cálculo se mantiene "en la medida en que con esa base se hicieron las estimaciones de recursos, de necesidades para el país y obviamente en la medida en que ha venido progresando la epidemia", dice el ministro, quien aclara que esas cifras pueden variar.
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"Yo veo que la variación, los números que podríamos estar pensando en Colombia, son bastante menores que eso en términos de personas sintomáticas y confirmadas", afirma, aunque hay estudios que muestran "afectaciones que pueden llegar al 70, al 80 % de la población", especialmente en espacios cerrados y con mucha cercanía física, como cárceles o regimientos militares.
Picos regionales
Por eso, Ruiz considera que las proyecciones son "muy inciertas" porque "dependen mucho del curso de la pandemia, de la disciplina de la gente y también de las medidas que se puedan tomar".
La dinámica de la pandemia se ha manifestado de distintas formas en las regiones de Colombia, por lo cual es difícil hablar de un pico nacional.
"En Colombia tenemos al menos cinco o seis ciudades de buen tamaño (...) y siendo un país de ciudades lo que hemos observado es que la afectación ha venido dándose a una velocidad diferente", dice.
Según explica, la primera capital regional afectada de manera significativa por el coronavirus fue Leticia, capital del departamento de Amazonas y fronteriza con Brasil y Perú, que tuvo una intervención pesada del Gobierno y "lleva más de cuatro semanas sin un número apreciable de casos positivos" que incluso en los últimos días no han superado la decena.
Algo similar ocurrió en Tumaco, en la región del Pacífico, y en Barranquilla, capital del Atlántico, "que tuvo una situación crítica hace un par de semanas y por lo menos en número de fallecidos ha venido bajando a nivel sustancial".
"Cartagena también viene disminuyendo y hay ciudades que vienen subiendo (en contagios y fallecidos) como Bogotá, como Medellín y como Cali. Entonces, lo que vamos a tener es una situación donde diferentes picos se van dando, dependiendo de la ciudad", señala.
Sin embargo, destaca que en el país "tenemos todavía 450 municipios a donde no ha llegado el COVID", de un total de 1.103, y que esas localidades "van a estar afectadas de manera parsimoniosa, probablemente hacia final de año y principios del año entrante".
A la espera de la vacuna
Evitar que el coronavirus se siga propagando, aunque sea lentamente, es una tarea titánica sin una vacuna para cualquier país, opina.
"Mientras no tengamos una vacuna contra el COVID vamos a tener una situación de incertidumbre muy alta todos los países y evidentemente eso nos genera también a nosotros una incertidumbre frente a los riesgos que afrontamos", asegura.
En la urgencia mundial por desarrollar o acceder a un vacuna Colombia ha hecho contactos "con laboratorios, con la industria farmacéutica", dice Ruiz, pero aclara que esa "es una carrera donde se hacen disparos un poquito ciegos" porque "hay más de 120 iniciativas diferentes, unas más avanzadas que otras, y es difícil saber cuál va a lograr realmente consolidar una efectividad".