Bogotá, (Colprensa)
La visita a Colombia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ocupó a diario, durante el transcurso de esta semana, los principales titulares informativos de los medios del país.
Tanto el Gobierno como manifestantes, comité del paro, empresarios, dirigentes locales y organizaciones sociales buscaron captar la atención de los comisionados que visitaron el país.
El Gobierno, a través de reuniones con un buen número de funcionarios, que llenaron la primera parte de la agenda de la visita; los manifestantes con un plantón que llegó a tener ciertos visos de violencia, frente al Hotel Tequendama, lugar de descanso de los comisionados, y organizaciones sociales, autoridades locales y empresarios, con sendos informes que buscaban mostrar las afectaciones producidas por más de un mes de paro, desde cada una de sus perspectivas.
Pero, ¿Qué le puede quedar a la Comisión de su visita? ¿Qué se puede esperar del informe que deberá rendir en los próximos días?
La visita de trabajo estuvo liderada por la presidenta de la Comisión, Antonia Urrejola, e integrada por los Comisionados Joel Hernández y Stuardo Ralón. Además contó con el apoyo de la Secretaria Ejecutiva, Tania Reneaum Panszi y de la Secretaria Ejecutiva Adjunta de Monitoreo, Cooperación Técnica y Capacitación, María Claudia Pulido, además del Relator Especial para la Libertad de Expresión, Pedro Vaca. Todos los asistentes de la comisión se reunieron, al menos, tres veces con la vicepresidente y Canciller Marta Lucía Ramírez.
Aunque ha habido críticas de que el Gobierno acaparó el tiempo de la Comisión, para los expertos era importante que hubiera una extensa revisión de la actuación del ejecutivo.
Carlos Arias, profesor de la maestría de Comunicación Política de la Universidad Externado, afirma: “no creo que la visita fuera acaparada por el gobierno, más bien el organismo internacional hizo un ejercicio de revisión institucional de lo que tiene el Estado Colombiano. La CIDH necesitaba una visión institucional para que si hay un pronunciamiento las medidas que sugiera sean acordes al Estado”.
Según dijo, “si la CIDH hubiera planteado sus reuniones de otra forma, cualquier fallo hubiera marcado una serie de sesgos y reinterpretaciones de la realidad. Además, el futuro pronunciamiento no hubiera sido tan respaldado por el Gobierno. Al tener una presencia fuerte en la institucionalidad no puede tener ningún marco de duda porque se reunió más tiempo con el gobierno y escuchó la visión institucional”.
Sin embargo, para Mauricio Jaramillo Jassir, también profesor de la facultad de Ciencia Política, gobierno y relaciones internacionales de la Universidad del Rosario, “lo ideal hubiera sido que le hubiera dado mayores libertades al grupo de la comisión para la visita, pero había una predisposición muy grande. Aquí, además, hay que tener en cuenta las declaraciones de Marta Lucía Ramírez quien en un principio dijo que el Estado no iba a aceptar la visita lo que creó un ánimo y una atmósfera que no es la adecuada. Con esos márgenes tan estrechos es normal que la gente exija un poco más”.
Para los analistas consultados la comisión se lleva un panorama muy completo de lo que ha pasado en Colombia durante la movilización. “La entrega de los informes de la fuerza pública, el informe de Claudia López, y la entrega de informes por parte de organizaciones Defensoras de Derechos Humanos, eso es a mi juicio lo más emblemático de la visita”, dijo Jaramillo Jassir.
Así lo considera también, Juan Carlos Ruiz, profesor de Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario: “todo el mundo ha tenido la oportunidad de hablar con la CIDH, desde el exportador, los padres de las víctimas de las protestas, el gobierno, las centrales sindicales, entonces no hay un punto sino que lo interesante es que todo el mundo quiso hablar con la comisión. Esa ecuanimidad, esa posibilidad de agendar una reunión con el organismo me parece muy importante en estos momentos que vive el país”.
En ese sentido, Carlos Arias sostiene que la CIDH pudo constatar y cruzar las bases de datos de distintas entidades “tiene la posibilidad de ponderar el grado de velocidad y verosimilitud de las investigaciones de entidades como la Fiscalía, la Produraduría y la Defensoría. Haberse reunido con organizaciones de derechos humanos le da una perspectiva del grado de incidencia del gobierno en las entidades de control”.
Ruiz, asegura que durante la visita todos los actores involucrados tuvieron un anhelo de demostrar que tenían la razón, “una expectativa jamás vista en el país para una visita de este tipo, la gente quiere un árbitro neutral que diga qué pasó y qué está pasando. Ojalá la CIDH esté a la altura de ese compromiso”.
¿Qué se pueden esperar de la visita?
Juliana Bustamante directora del Programa de Acción para la Igualdad y la Inclusión Social (Paiis) y quien conoce muy bien el funcionamiento del Sistema interamericano de Derechos Humanos asegura que el informe de la CIDH no va a contener el análisis de la situación a profundidad.
“Cuando se habla de visita de trabajo luego de esta se conoce solo un comunicado de prensa. Sin embargo, en la norma no existe distinción sobre lo que produce una visita in loco y una de trabajo. Por eso las organizaciones solicitamos que a pesar que esa sea la práctica en la medida de lo posible se haga un informe detallado de la visita de trabajo porque el esfuerzo ha sido mucho y la comisión ha recogido mucha información con la que hacerlo”, dijo.
Además, aclaró que esta actitud puede obedecer a que exista una práctica establecida que no lo permita, o esto puede responder a razones políticas que tienen que ver con la relación entre la Comisión y el Gobierno Colombiano.
Según explicó “la Comisión Interamericana realizó una visita de trabajo conforme al artículo 53 de su reglamento que da la posibilidad de diseñar la visita que la comisión estime más pertinente. En este caso no se hizo una visita con el pleno de la comisión sino solo con 3 de sus 7 comisionados y un equipo muy grande de la secretaría ejecutiva para la toma de testimonios y el tema logístico”.
Así mismo indicó que “la práctica común de la CIDH cuando hace una visita de trabajo, y no una visita in loco con el pleno de la comisión, es que saca un comunicado de prensa largo y completo sobre sus principales hallazgos y recomendaciones al Estado colombiano. Cuando se trata de visitas in loco se hace un informe de la situación en materia de Derechos Humanos global, o de algún punto en particular. En este caso entonces será un comunicado de prensa con observaciones a las que se les hará seguimiento y en donde las organizaciones más adelante tendrán la oportunidad de pedir audiencias temáticas para el seguimiento de esas observaciones”.
Esto además, indica, “se verá reflejado en el informe anual que la Comisión tendrá que presentar al pleno de la Organización de Estados Americanos lo que es importante pues va a quedar planteada la problemática de derechos humanos en Colombia y que seguramente desde el Consejo Permanente y otros organismos se le haga seguimiento al país”.