El 'Halcón de Pelea', ese mismo que surca los cielos de Washington todos los 4 de julio, día de la Independencia del país norteamericano, llegaría a Colombia durante los próximos años, si la negociación entre el Gobierno y Estados Unidos se concreta. Serían alrededor de 14 aviones caza F-16 Bloque-70 los que harían parte de la flota de aeronaves de la Fuerza Aérea.
Los sofisticados aviones, que son fabricados por la compañía estadounidense Lockheed Martin, llegarían a territorio colombiano a reemplazar la flota de Kfir que tiene la Fuerza Aérea Colombiana, y que a juicio del Gobierno Nacional, resulta obsoleta, pues completan un poco más de 40 años, y en 2023 cumplirían su vida útil.
La intención del Gobierno, en cabeza del ministro de Defensa, Diego Molano, es avanzar en la negociación con la compañía estadounidense para que, entre 2023 y 2026, los aviones estén aterrizando en territorio colombiano, y de paso convertir al país en el número 26 de la lista de adquisición de estos ejemplares.
Las aeronaves, según ha expuesto la compañía que los produce, incluirían un paquete de mantenimiento, armas, apoyo de ingeniería, infraestructura y tecnología, que actualmente es usada por Chile, Venezuela y Brasil, entre otros países de Sudamérica. Si bien la polémica por la compra de dichos aviones se suscitó hasta hace unos meses, desde el Gobierno expresaron que la intención estaba, incluso, antes de empezar el mandato de Iván Duque.
Hasta el momento, la oferta que más convence al Estado colombiano es la de la firma estadounidense, de ahí que en noviembre del año pasado, Lockheed Martin y delegados de la Fuerza Aérea Colombiana y del sector defensa, se hayan dado cita en la Feria Aeronáutica Internacional F-air 2019, con el fin de conocer el avión de combate.
En caso de que se finiquite la negociación, Colombia quedaría con 83 aeronaves de guerra, que servirían para salvaguardar la soberanía nacional y enfrentar algún conflicto internacional, de ahí que se haya desatado una oleada de críticas al Gobierno, pues la nación es el único que ha manifestado su intención de cambiar la flota de aeronaves en plena crisis sanitaria registrada a nivel mundial.
El dilema no solo está en lo que ha dejado el Covid-19 a su paso, pues Colombia está sumergida en un sinnúmero de cuestionamientos económicos que no dejan bien parado al Gobierno, de ahí que la oposición le reclame que es una “aberración fiscal” gastar 14 billones de pesos en utensilios de guerra, cuando el país atraviesa un acuerdo de paz, y aún cuando existe un déficit fiscal que supera los 70 billones de pesos.
Todo lo anterior, sin contar que en este momento en el legislativo se adelantarán sendos debates en los que se decidirán si aprueban o no la reforma tributaria que, según algunos expertos, no traería beneficios para la población colombiana y que pretende recaudar cerca de 23,4 billones de pesos.
Pese a todas estas críticas que han venido surgiendo desde la oposición y otros sectores de la sociedad, el ministro Molano, en su más reciente salida a medios, aseguró que el cambio de la flota de aeronaves es necesaria, y reiteró que la compra de los mismos nada tiene que ver con el proyecto de reforma tributaria que se adelanta en la actualidad.
“La reforma social sostenible que se ha presentado tiene enfocados los recursos a temas de mitigar los efectos que ha tenido la pandemia. Todos los recursos en la reforma están enfocados a generar mayor educación, mayor ingreso solidario, mayor apoyo a la pequeña y mediana empresa”, aclaró Molano, quien aseguró que las discusiones de temas de seguridad nacional e internacional, como los de los aviones, se han venido discutiendo de acuerdo a lo que dice el Cónpes de 2018.
¿Qué tan útiles son los aviones?
El Gobierno Nacional, pese a las críticas, se ha mantenido en su posición de adquirir las aeronaves, porque a su juicio de no concretar la negociación durante esta administración, para 2023 se quedarían, al menos sin 22 a 24 kfir, que son los que se encargan de preservar la soberanía nacional.
Para el excomandante de la Fuerza Aérea, general Guillermo León, esta adquisición “no es una necesidad que se presenta hoy, se viene fraguando desde 2012, porque el ciclo de vida de los aviones kfir, que llevan más de 40 años, llegaron en el año 89, y han pasado por dos procesos de modificación”.
El oficial retirado,, confirmó que es importante el cambio de flota de estos aviones de guerra, pues como conocedor directo de dichas aeronaves, la actualización de los equipos, el gran consumo de combustible, la falta de repuestos en el mercado, entre otras situaciones, generan costos adicionales que saldrían menos convenientes a la hora de tener una aeronave de esa cantidad de años de funcionamiento.
En materia de uso y economía, el oficial recalcó que, si bien en este momento el mundo padece una emergencia sanitaria, el cambio de la flota se hace necesaria, dado que en 2012, cuando se hizo la propuesta al gobierno de turno, no se registró una respuesta a la iniciativa, por lo que ahora se hace imperiosa cuando los kfir se acercan al final de su vida útil.
Respecto de las ventajas que podrían traer las nuevas aeronaves a la seguridad de Colombia, el oficial no escatimó en asegurar que si bien el conflicto armado interno cesó con la firma del acuerdo de paz, quedaron aún residuales de las Farc y grupos al margen de la ley, como el ELN y el 'Clan del Golfo', quienes permanecen como amenazas en el territorio nacional.
El oficial aclaró que cuando el conflicto armado se agudizó por parte de las extintas Farc, como Fuerza Aérea, con los kfir atacaron tácticamente para combatirlas y dar los resultados que finalmente los terminó arrojando a un acuerdo de paz con el gobierno.
En cuanto a los posibles conflictos que se puedan generar internacionalmente, León aseguró que con las nuevas aeronaves lo que garantizarán es la disuasión de un ataque aéreo. “Debemos tener la capacidad para que el vecino lo piense dos veces a la hora de atacar”, agregó el oficial y añadió que además de eso no pueden perder la capacidad integral de los pilotos de primer nivel, quienes fueron capacitados en Estados Unidos para maniobrar dichas maquinas.
El oficial le salió al paso a las críticas sobre la adquisición de los aviones en plena pandemia, pues reiteró que estos no se obtendrán con la firma de la nueva reforma tributaria, y mucho menos considerando que el Gobierno va a dejar sin vacunas contra el Covid-19 al pueblo colombiano por realizar esa compra, sin embargo, aclaró que es responsabilidad del Estado velar por la seguridad nacional, de ahí que considere que quedarse sin defensa aérea sería quedar expuesto a situaciones de orden público que desfavorecería al país.
Desde el ala política, el senador del Centro Democrático, Ernesto Macías, coincidió con el oficial y reseñó que la negociación para adquirir dichas aeronaves no es una iniciativa del actual gobierno. Aseguró que esta se viene registrando desde hace un poco más de cuatro años, y en caso de llegar a buen termino culminaría para 2023.
En razón a la seguridad, el congresista coincidió en que la nueva flota servirá para salvaguardar la soberanía y seguridad del país.
No obstante, una postura diferente tiene el coronel del Ejército en retiro, Carlos Alfonso Velázquez, quien considera que la decisión de adquirir el 'Halcón de Pelea' es un “grave error de índole estratégico y político”.
El oficial en retiro se unió a la voz de León, al confirmar que efectivamente, los kfir han sido reparados en más de dos ocasiones, y lo que se tendría que revisar es el riesgo que representa para los pilotos, sin embargo, consideró que la iniciativa de reemplazarlos en estos momentos no es la más acertada por la contingencia que padece el país por cuenta del COVID-19.
Velásquez coincidió con León en que la adquisición de las aeronaves es un sistema de disuasión, no obstante, aclaró que esa postura es con miras hacia el futuro, por posibles conflictos que se llegasen a presentar, tal vez, con Venezuela o Nicaragua.
“La adquisición es conveniente pero no necesaria. Se podría pensar en otra solución que no vincule la compra de no más de dos o tres aeronaves, y en caso de una posible situación de conflicto internacional, se podría estudiar la idea de alquilar esos aviones”, aseguró el oficial.
Velásquez, contrario a lo que dijo León, expone que con las nuevas aeronaves no podrían atacar el conflicto interno que padece el país.
Una postura similar tiene el experto en conflicto internacional Néstor Rosania, quien consideró que “en otro momento la compra de equipos se llama actualización de capacidades estratégicas, Colombia no tiene armamento estratégico y se diría -bueno que se compre pero que sirva para funciones también prácticas en términos del conflicto interno, pero no es así”.
Rosania reprochó el hecho que la iniciativa del gobierno sea tomada en medio de la crisis sanitaria en la que “nadie en el mundo está pensando en actualizar equipos militares”.