Para quienes suponen que bombear agua desde el río Zulia para abastecer los requerimientos domésticos e industriales de la cada vez más poblada Área Metropolitana de Cúcuta es nuevo, lamento comentarles que la idea ronda los 50 años y comienza a tener estructura concreta a partir de 1978. Ese año las Empresas Municipales de Cúcuta (EMC) con recursos de Fonade contrata los estudios para identificar nuevas fuentes de agua para Cúcuta. Concluyen los expertos de la época que aparte de la urgencia por optimizar el sistema Pamplonita – incluso con embalses a la altura de Bochalema y Los Patios - se hacía necesario involucrar definitivamente al río Zulia al Sistema.
Estudio va, estudio viene, pero lo cierto es que finalmente en 1982 se ponen de acuerdo en que el Acueducto Río Zulia se desarrollaría en dos etapas a saber: La primera con un horizonte de 10 años y capacidad de 1.0 mt3/ seg que cubriría la demanda esperada hasta el año 1988 y una segunda etapa con otro mt3/ seg que planeaba suplir la demanda esperada hasta 1998. El contrato definitivo se suscribió en 1985 y alcanzó los 38 millones de dólares, de los cuales 7.0 millones fueron aportados por el gobierno nacional y el resto con recursos propios de EMC y créditos nacionales y del Banco Mundial.
No quiero ni contarles lo que ocurre luego de la firma del contrato, pero lo cierto es que en varias ocasiones estuvo a punto de liquidarse, toda vez que los financiadores no veían por ningún lado mejoras en la eficiencia administrativa y operativa de las EMC, tanto que en 1988 por exigencia del Banco Mundial estas debieron contratar un “Programa de asistencia técnica para la detección de fugas y control de aguas no contabilizadas”. Preocupa saber que 28 años después de aquella iniciativa y 15 de haber concesionado el acueducto a Aguas Kapital, la situación sea igual o aún peor, de ser ciertas las denuncias hechas por el Departamento Nacional de Planeación DNP, cuando de boca de su director Simón Gaviria comenzando el presente año, advierte que las fugas del sistema de “nuestro” acueducto alcanzan el 60%.
Tendrá que ser Pauselino Camargo quien como alcalde de Cúcuta desentrabe los entuertos contractuales y así finalmente el 2 de febrero de 1996, después de 18 años de los estudios de Fonade y 11 de haberse firmado el contrato, el Acueducto Río Zulia se puso en funcionamiento, pero que no se nos olvide, solo en su primera etapa.
Que pena con tanta fecha y descripción de tiempos incumplidos, pero esa es la realidad y no se debe soslayar. Hoy 20 años después de haberse inaugurado el Acueducto río Zulia en su primera etapa, escasamente contribuye con 0.75 mt3/ seg al sistema y por supuesto de su Fase dos que pretendía impulsar otro mt3/ seg, “niansesabe”.
Bueno es recordar que por cuenta de los excesos y amañados manejos de los recursos de crédito del Acueducto Río Zulia, así como por el pago de gigantes tarifas producto del bombeo hoy la EIS – antigua EMC – se encuentra empeñada al Ministerio de Hacienda y su propósito fundamental concesionado a un particular.
Recomiendo eso sí POR FAVOR, que si se empecinan en construir el denominado Acueducto Metropolitano de Cúcuta por bombeo, utilicen la pileta de sello de Termotasajero. No tiene ningún sentido - diferente a gastarse 40 millones de dólares – hacer una captación 100 metros arriba de la ya existente.
Además, no quiero ni pensar en la “rapiña” que se dará por el “hilo” de agua en los veranos cada vez más frecuentes e intensos – cuando los caudales del Zulia caen por debajo de los 5 mt3/seg - entre los requerimientos de agua para la ciudad, agua para Termotasajero o la sobrevivencia del río.
Los dos primeros, hasta alguna estrategia se buscarán, pero quien defiende los panches, rampuches y los poquitos bocachicos que aún quedan?.... Sobre los cultivos y el ganado aguas abajo, ni pregunto, para eso están los TLCs.
Nota: Las fechas y referencias históricas las he tomado del libro Del río Pamplonita al río Zulia del ingeniero nortesantandereano Fernando Velandia Caicedo.