Otra vez la indefensa Bogotá sufrió el ataque de una treintena de antisociales, que tienen la consigna de producir los mayores daños a la ciudad, en tanto que la nueva alcaldesa, siguiendo las lecciones del destituido Antanas Mockus, cree que por las buenas se puede dominar a los hampones y volverlos santos. Un sueño, porque lo que sufre la ciudad es el embate de un grupo subversivo que debe demostrar resultados a sus jefes.
Es lamentable ver a los hampones atacando con piedras y hasta con bicicletas a la Policía, que no tiene otro remedio que taparse el rostro para evitar ser herido o desfigurado. Y la alcaldesa cree que está ‘haciendo historia al mostrar debilidad cuando lo lógico es mostrar mano fuerte para hacerse respetar.
Uno de los mandatarios que nunca demostró debilidad fue Carlos Lleras. De lo contrario lo habría tumbado su peor enemigo, el senador Nacho Vives que luego terminó siendo su amigo. La debilidad solo sirve para que el enemigo se burle y trate de destruirlo. Eso ya ha pasado en muchas partes y es una lección en muchos países, incluyendo Vietnam, donde los gringos tuvieron que salir corriendo.
El colmo del absurdo es que la alcaldesa está haciendo caso a quienes quieren destruir la ciudad, incluyendo quienes piden la desaparición del Esmad, para poder apoderarse de bancos, edificios y todos los objetivos de los ladrones, que sin policías podrían hacer su santa voluntad. Si la alcaldesa accede solo quedaría el camino de revocar su mandato por incapacidad.
Construir la ciudad ha costado mucho trabajo: no se puede simplemente cruzarse de brazos para dejar que los vándalos hagan su voluntad. La ciudad espera mucho de la alcaldesa, no solamente gestos democráticos. Claudia: demuestre para que quería el poder y que la alcaldía no le quedó grande. Los diez millones de bogotanos se lo agradeceremos. Pase a la historia como la mejor no como la más débil. GPT