Con la estrategia de buscar un espacio que permita la participación de Corea del Norte en los XXIII Juegos Olímpicos de Invierno a celebrarse en Pyeongchang (S.C), entre el 9 y el 25 de febrero de 2018, el presidente norcoreano Kim Jong-Un propuso una reunión con Corea del Sur, la cual se celebró el pasado miércoles en la aldea fronteriza de Panmunjeom. La aceptación de Corea del Norte en las justas deportivas y el compromiso de las partes de continuar el diálogo, con la apertura de la conexión de la línea telefónica, ha sido interpretado como un principio de acercamiento tras 65 años de conflicto sin relaciones diplomáticas.
Hasta el final de la Segunda Guerra Mundial Corea era una colonia de Japón, pero con su rendición en 1945 la península fue dividida quedando al sur las tropas soviéticas y al norte las tropas estadounidenses. Esta división entre capitalismo y socialismo generó la guerra entre las dos Coreas entre el 25 de junio de 1950 y el 27 de julio de 1953, recordada como el primer gran enfrentamiento de la conocida guerra fría.
En este duro enfrentamiento armado que dejó millones de muertos, Colombia fue el único país de América Latina que participó al aceptar el llamado de la ONU. Allí sacrificaron sus vidas 196 compatriotas que probablemente nunca supieron por qué fueron enviados a pelear a un país ubicado a 14.900 kilómetros de su patria.
Esta decisión de aceptar la participación de Corea del Norte en los próximos Juegos Olímpicos de Invierno ha generado reacciones encontradas. Mientras la ONU, Estados Unidos y China, han expresado su beneplácito pues lo consideran un mensaje positivo en pro de un acuerdo, hay quienes lo ven mas como una trampa para agrietar las relaciones entre Seúl y Washington, pues no entienden este cambio de actitud de Kim Jong-Un, quien siempre había rechazado las invitaciones al diálogo. Además, se han realizado manifestaciones de rechazo a esta decisión en algunas ciudades de Corea del Sur.
Durante las dos últimas décadas se han permitido 20 encuentros de familias de las dos Coreas separadas por los 250 kilómetros del conocido Muro de Berlín Asiático levantado en 1953, la última se dio el 15 de octubre de 2015. ¿será posible que el deporte haga el esperado milagro de ver dos naciones hermanas sin barreras? Por ahora hay una invitación del presidente de Corea del Sur a una cumbre. Se espera la respuesta del vecino del Norte.