Los que conocemos a Basilio Villamizar Trujillo desde hace tiempos, sabemos que es un político en uso de buen retiro, que ejerció su oficio desde muy temprano, al servicio de la causa liberal, y lo hizo siempre con audacia y verraquera, diciendo las cosas por su nombre, sin que le temblaran ni la voz ni los calzones, en el escenario o tarima donde le tocara. Por eso se ganó muchos amigos y muchos enemigos.
Basilio resultó metido en la política casi que sin buscarlo. Nació en Pamplona, Norte de Santander, pero se hizo en el campo, se formó en labores del agro, al lado de su padre, por los lados de Toledo y Labateca, y se graduó en temas del campo. Un día resultó metido en la política y no la abandonó sino cuando hubo cumplido su ciclo de servicio a la ideología de su partido. Digo mal, no la abandonó. Sigue metido en ella, opinando, apoyando, trajinando, no para sí sino para la causa a la que sirve.
Basilio es un animal político, según la definición que de hombre hicieron los antiguos. Le pica la política con tanta intensidad, que en época de campaña no puede estarse quieto. Hacerlo es una necesidad para él, como el rascarse para el que sufre de sarna. Asiste a reuniones, organiza giras, busca contactos, llama y convence o desconvence, según sea el caso.
Hasta ahí todo bien. Lo que muchos no sabíamos es que el hombre resultó escritor. Nadie sabe desde cuándo, porque el man se guarda sus secretos, pero es de suponer que desde hace algún tiempo viene emborronando cuartillas, que a veces da a conocer por redes sociales.
Para escribir se necesitan ciertas habilidades innatas, que con la práctica, el estudio y la experiencia, van adquiriendo dimensiones especiales. Esto es particularmente cierto en el caso de Basilio. Maneja el idioma con propiedad, tiene su estilo propio, se expresa con claridad y tiene una memoria privilegiada, tan importante a la hora de escribir historia para no falsear datos.
Pues bien. El caso es que Basilio se dio sus mañas y acaba de publicar un libro de historia política nortesantandereana, en hechos en los cuales él fue protagonista o actor de primera fila. No se trata propiamente de las Memorias de Basilio Villamizar Trujillo, que a muy poca gente le importarían. El texto recoge el trayecto que ha vivido la política en Norte de Santander en los últimos años, con los altibajos de siempre que hacen dinámico su ejercicio, y lo proyecta de manera interesante sobre la actual encrucijada en que se debate el país.
Basilio ama el campo y se enorgullece de su origen y de sus ancestros. Amigo de la gente y de los caballos de paso fino, desde joven se dedicó a cultivar amigos y a chalanear por los caminos de su región. Cabalgó, y desde muy lejos llegó para participar en eventos caballísticos a lo largo del país. Pero también se acaballó sobre el lomo de los acontecimientos políticos y llegó lejos, hasta el Congreso de la República, mostrando, de paso, la calidad y tesón de la raza nortesantandereana. Todo ello explica el título de su libro: “Cabalgando desde lejos”.
El libro es para leerlo, disfrutarlo, asimilarlo, y es una lección de vida. Un libro para aprender historia política. La amistad y la familia afloran en toda su dimensión en los recuerdos de Basilio. Un libro tremendamente humano.
Su lanzamiento será mañana miércoles en la Fiesta del Libro, que esta semana se desarrolla en la biblioteca Julio Pérez Ferrero. Allá nos vemos.
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