El día más feliz del año y la noche más festiva es la de hoy 24 de diciembre, al menos así es para nosotros los colombianos. En todas partes se celebra esta fecha, la cual hace rato fue convertida en pagana, pero tiene origen religioso ya que nos recuerda el nacimiento de Jesús en el pesebre de Belén, un pequeño pueblo de Judea, hace más de dos mil años.
La celebración tiene como eje central al niño Dios y sus padres, a su alrededor se reúnen las familias que comparte regalos, música, licor, baile y ya por suerte poca pólvora, la que ha salido poco a poco de la programación y con ella los accidentes por quemaduras que tanto dolor han causado en otras épocas. La novena sigue vigente, el juego de los aguinaldos ya parece haber quedado en el recuerdo, pero aun así todavía se tiene referencia de que se tratan y sus diversas modalidades.
En esa festividad hay un tipo de canción que es especial y solo tiene cabida en esta temporada, son los villancicos, los hay tradicionales, populares y algunos otros más novedosos, pero menos conocidos. Entre todos brillan: jingles bells, el tamborilero o tutaina, pero el que se lleva las palmas por su antigüedad, reconocimiento en todo el mundo e identidad con la fecha, es la canción Noche de paz, la cual fue cantada por primera vez el 24 de diciembre de 1818 en la iglesia de San Nicolás de Oberndorf, Austria.
La compuso Franz Xaver Gruber, maestro y organista, por encargo Joseph Mohr cura de aquella parroquia y entre los dos la interpretaron con el acompañamiento de una guitarra, lo cual era inusual para la época, una feliz circunstancia gracias a que el órgano del templo se había averiado.
Desde entonces ha sido traducida a más de 300 idiomas y cantado en todas las latitudes, convirtiéndose en el villancico más popular de todos los tiempos, con muchas interpretaciones, destaca entre las más célebres la del coro de los niños Cantores de Viena. Este año no será la excepción para escuchar: “Noche de paz, noche de amor, todo duerme alrededor. Entre los astros que esparcen su luz viene anunciando al niño Jesús.”
Este año para nosotros los vientos que corren son de paz, ellos nos ha traído el silencio de los fusiles de buena parte de los insurrectos. Sin embargo todavía se oyen voces de inconformes y de aquellos que todavía no han podido perdonar porque como víctimas están sufriendo las secuelas de una larga guerra que aparenta estar próxima su final.
Esta noche, la de hoy será una nochebuena tranquila, propicia para la reconciliación y la alegría de un país festivo que quiere disfrutar, bailar, gozar, abrazar, comer y beber para llegar mañana a una navidad en paz. Este es el deseo que es comparto, ojala tengamos una feliz navidad y que pasemos esta fecha cantando como dice al final la canción del padre Gruber: Fieles velando allí en Belén los pastores, la madre y la estrella de paz.