Hace unas semanas, la administración de Cúcuta recibió duras críticas por parte de la ciudadanía y algunos Concejales, debido a la construcción de “cruces viales seguros”, ubicados inicialmente sobre la Calle 10, en pleno corazón de la ciudad.
Recuerdo que critiqué en una columna, la inexistencia de señalización y manejo de la movilidad, situación que generó caos vial y no era para menos, dado que al cerrar un carril en una vía arteria, dio origen a los llamados “cuellos de botella”, los cuales fueron tan visibles e incómodos como las tachas y resaltos instalados sobre la Calle 11 entre Avenida Cero y Diagonal Santander.
Según lo publicado por este medio de comunicación, el día 24 de mayo se hizo presente en uno de los sitios intervenidos el alcalde de la ciudad, ingeniero Jairo Yáñez, quien pudo evidenciar fallas constructivas, de las cuales advirtió: “…Se asume la recepción de las obras y no vamos a recibir obras chambonadas…”.
El tema tiene dos aspectos para comentar; el primero guarda relación con la necesidad de la obra, dado que cambiar asfalto por ladrillo, no reducirá ni aumentará la accidentalidad, puesto que en todas la ciudades del mundo, algunas conocidas por nuestro burgomaestre, aplican pintura blanca con microesfera, para que las mismas generen efecto reflectivo a los conductores. Eso mismo está establecido en el Manual de Señalización Vial, aprobado por el Ministerio de Transporte.
Es decir, que la justificación es bastante vaga toda vez que la carpeta asfáltica de un alto número de vías arterias, primarias y alimentadoras, están en pésimo estado, sin contar las rutas de buses y por eso la crítica ciudadana.
Segundo y no menos importante, la calidad de las obras habida cuenta que el interventor más idóneo de la ciudad es el mismo alcalde y de ahí su comentario. A la fecha es poco o nada el mejoramiento y muy pronto esos cruces viales, competirán en franco deterioro, así como los que están sobre la Avenida Cero, donde se observa hundimiento de un área no inferior al treinta por ciento del cruce, aclarando que esa obra, no pertenece a la actual administración, pero correrá el mismo destino y las pólizas de calidad, quedarán como un saludo a la bandera porque nadie responderá por eso.
Frente a este tipo de intervenciones, es importante contar con la academia o con la Sociedad de Ingenieros, muchos de ellos exitosos en su campo y de ahí que no sobraría un concepto sobre este tipo de obras que pagamos entre todos y su vida útil, resulta siendo muy corta.
Concluyo, que el dinero apropiado para los cruces, pudo tener un destino más importante como lo representa la muy deteriorada carpeta asfáltica. En cuanto a la calidad, creo en el conocimiento y experiencia del ingeniero Yáñez y sería muy afortunado para la ciudad, contar con la calificación que bien pudiera dar la Sociedad de Ingenieros y finalmente, apoyo la decisión de no pagar “chambonadas”.