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A cuadrar caja
Ahora, los tarjetones además de enredar al elector y hacer que muchos de los votos sean nulos.
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Sábado, 24 de Octubre de 2015

En todas las hay elecciones como las de hoy, se prenden las alertas ante la posibilidad de que ocurran los delitos electorales, los cuales pudieron ser mucho más frecuentes en la época de las papeletas, con las cuales el elector incauto acudía a la urna con el voto preparado por los expertos en esta materia, incurriendo en fraude y corrupción al sufragante. 

Ahora, los tarjetones además de enredar al elector y hacer que muchos de los votos sean nulos, no han logrado combatir estos delitos de manera eficiente. 

Para esta ocasión se hizo una labor por parte de la Registraduría Nacional en procura de encontrar a aquellos que incurrieron en fraude a la inscripción de cédulas que, consiste en inscribirse en un sitio diferente al de su residencia con la clara intención de favorecer a un candidato. 

Hasta aquí todo está a las mil maravillas. El problema surgió cuando se dio a conocer el extenso listado de los que aparecían incurriendo en trasteo de votos, lo cual obliga a los ciudadanos a explicar mediante recurso de reposición y aportando pruebas de que vive donde pretende votar. 

En este caso podría decirse que la Registraduría disparó y luego preguntó ¿quién está ahí? 

Los que se dieron a la tarea de intentar aclarar la situación, se encontraron con que la lista fue promulgada en muy poco antes de las elecciones de hoy y el plazo fijado por la ley para hacer esta gestión era corto. 

Súmesele a lo anterior que quienes llegaron a las oficinas de la Registraduría, se encontraron que por razón de las elecciones, estaban cerradas y no atendían al público. 

Aparecieron los colaboradores de oficio que ya tenían el modelo de reposición y solo era llenar los datos de cada persona, a cambio de unos pocos pesos. 

Esto tampoco valió y ante la avalancha de personas que quisieron librarse de ese posible delito de trashumancia, la Registraduría optó por decir: “deje así” y vote donde estaba inscrito antes, lo cual no es fácil si el desplazamiento ha sido de bastantes kilómetros. 

El asunto quedó pendiente por resolver y muchos de los que tenían un nuevo sitio de votación por una renovada inscripción “pagaron el pato” porque la Registraduría incurrió en imprevisión, lo cual atenta contra este derecho, propicia la abstención e incide en el resultado final de estas elecciones locales y regionales. 

La compra de votos es otro de los males más recurrente y contra ello sí que es poco lo que se ha logrado avanzar. 

Muchos candidatos han hecho y siguen haciendo su negocio invirtiendo grandes capitales para comprar conciencias en efectivo o con dádivas que les garanticen acceder  al poder por si mismos o a través de interpuesta persona con alma y cuerpo de títere. 

Estamos todavía lejos del voto electrónico y de hacer elecciones por correo o utilizando los mecanismos que la modernidad pone al servicio del hombre en otras tareas. Por ahora acudamos a los puestos de votación con el convencimiento de votar por el que puede hacerlo mejor, sin presiones de ningún tipo y en  plena libertad para ejercer este derecho. 

Mañana habrá muchos perdedores porque en el caso de los alcaldes y gobernador solo hay un ganador, los demás “se quemarán”, como suele decirse en esta tierra. En el caso de concejales y diputados también los habrá, unos estarán celebrando –sin importar que hay ley seca- otros estarán pensando que para la próxima ocasión será. Ojalá ganen los mejores, los honestos y no los que más plata le invirtieron a la campaña porque llegarán a gobernar y cuadrar caja con los dineros del presupuesto que, como sabemos, son sagrados. 

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