Un incendio arrasó con el sueño de seis años de Betsabé Antolinez y su esposo, quienes vieron cómo su negocio, ubicado frente a las oficinas de tránsito en Los Patios, quedó reducido a cenizas la madrugada de ayer.

Eran las 3:30 cuando recibieron una llamada: “su local estaba ardiendo”, les dijeron.

“Nunca pensé que un cortocircuito fuera a provocar esto. Fue como si una parte de nosotros se quemara junto con el lugar. Es un golpe muy duro”, compartió Betsabé, todavía conmocionada por lo que sucedía.

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El negocio había nacido el 8 de diciembre de 2018, fruto del esfuerzo y la ilusión de la pareja por generar empleo y construir un futuro para su familia.

“Esto no era solo un local, era un lugar donde todos éramos una familia. Tenemos diez colaboradores que han estado con nosotros desde hace años, y siempre contamos con la ayuda de nuestros seres queridos. Era más que un trabajo, era nuestra vida”, explicó.

Cuando recibieron el aviso del cortocircuito, pensaron que el daño sería menor y que podrían controlarlo. Sin embargo, las llamas avanzaron de forma implacable.

"Cuando llegamos al lugar, ya no se podía hacer nada. El fuego había consumido todo. Es un esfuerzo de años que desapareció en minutos”, añadió con un tono de resignación, aunque sus palabras estaban llenas de fuerza.

El material con el que estaba construido el local facilitó que las llamas se propagaran rápidamente.

Marco David Hernández, sargento del Cuerpo de Bomberos de Los Patios, explicó que, pese a la rápida intervención, la magnitud del incendio fue devastadora.

“Desplazamos nueve unidades bomberiles y dos vehículos para sofocar las llamas, pero la estructura se quemó muy rápido. No hubo forma de salvar nada”, comentó.

A pesar de la tragedia, Betsabé encuentra consuelo en que no hubo víctimas humanas. "Gracias a Dios fue algo material. Claro que duele, pero todo tiene un propósito. Esto es algo que mi Dios quiso y debemos aceptarlo", expresó con una mezcla de fe y fortaleza.

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Aunque el local era arrendado, la pareja está decidida a no rendirse. Por ahora, continuarán operando desde su otra sede, ubicada en el barrio Once de Noviembre.

“Esto no nos va a detener. Empezaremos de nuevo porque la vida no se acaba aquí. Si logramos construirlo una vez, lo haremos otra vez”, aseguró con determinación.

El incendio dejó cenizas, pero también mostró el espíritu resiliente de quienes ven en las adversidades una oportunidad para levantarse.

“Es muy triste, claro que lo es, pero no podemos quedarnos en el dolor. Vamos a luchar, como lo hemos hecho siempre, porque de eso se trata la vida”, concluyó la mujer.

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