El actual gobierno nacional nos ofrece como “cambio” un camino de servidumbre: socialismo autocrático, Subdesarrollo anarco-ambientalista, Subversión de las fuerzas del orden y Subordinación a un poder central. A estas cuatros eses propuestas, debemos enfrentarle cuatro D:Democracia liberal basada en libertad individual e imperio de la ley (no en la tiranía de los jueces), Desarrollo sostenible, Defensa de la libertad, vida, patrimonio y honra de cada ciudadano y Descentralización real para iniciar modelo de desarrollo de abajo hacia arriba.
Eso solo se logra desde lo local, involucrando el tejido social mediante el fortalecimiento de la confianza ciudadana y el control de un estado nacional desbocado. En esta tercera década real del siglo XXI y no en la sexta década virtual del siglo XX donde nos quiere llevar a vivir la izquierda de corte castrista, existen nuevas realidades.
En la época jurásica-castrista el mundo era esencialmente rural, el mundo actual es urbano. Esohace que el objeto y sujeto del desarrollo sean las ciudades metropolitanas, las fábricas sociales contemporáneas de creación de riqueza ode empobrecimiento, haciendo más que nunca anacrónico el absolutismo centralista del estado nacional. Es imperativa la creciente descentralización de los grandes conglomerados urbanos.
La creación administrativa de los departamentos debe reconsiderarse, pues en la medida que las grandes áreas metropolitanas se potencien servirán como imanes centrales de otras ciudades, creando “regiones” urbanas muy diferentes a las administrativas. El largo cierre fronterizo, mostró por ejemplo, que ciudades tachirenses como San Antonio y Ureña dependían del Área Metropolitana de Cúcuta, así administrativamente sean jurisdicción de otro país.
Hasta la caída de muro de Berlín el mundo era joven y la población crecía exponencialmente. En la segunda década del siglo XXI ese crecimiento se empezó a frenar y nos enfrentaremos en el futuro a poblaciones estables o decrecientes. Eso quiere un nuevo modelo de planificación, abandonando la consideración del crecimiento infinito. Lograr desarrollo espacial sostenible obliga a considerar estas nuevas realidades, para lo cual debemos tener claros el objetivo y los conceptos. Solo desde lo metropolitano se puede implementar el desarrollo espacial sostenible: desarrollo económico con sostenibilidad social y ambiental, planificando adecuadamente el uso del territorio.
La meta última es crear crecimiento económico de largo plazo mediante creación de riqueza estructural para combatir el subdesarrollo. El desarrollo económico implica creación de infraestructura y esta, que es intensiva en capital, requiere de capital privado. Seguir con el modelo de planificación centralizada semisocialista es la mejor trampa para seguir en el subdesarrollo. La sostenibilidad social se logra nivelando el campo de juego no queriendo igualar a los jugadores, la idea de equidad irracional e ideologizada que solo busca logros políticos. Y la sostenibilidad ambiental pasa por un uso adecuado del territorio, haciendo de la planificación técnica e inteligente una función central del estado metropolitano. Esa es la importancia que hoy adquieren las alcaldías metropolitanas. Al votar recuerde: el alcalde me puede “joder” más que un presidente.
En las dimensiones Democracia Liberal, Defensa Ciudadana y Descentralización Real, el estado nacional puede ser un contradictor más que un impulsor y eso lo deberían interiorizar los candidatos “no alineados” a alcaldes de ciudades núcleo de áreas metropolitanas.
La lucha se deberá dar en las calles, no a la manera de la izquierda con sus milicianos de primera línea y otros grupos más clandestinos, sino haciendo partícipes a los ciudadanos del desarrollo conjunto que se puede lograr: es mostrarles futuro común y no pasado ideologizado. Solo metiéndole ciudadanía hay esperanza. Es la alcaldía en la calle, creando redes de confianza, el cimiento del progreso.
Las cuatro D es el verdadero cambio hacia adelante; las cuatro S es el cambio hacia atrás. ¿Habrá entre el tumulto de candidatos alguien medianamente parecido a lo descrito, o estaremos llenos de clones de Petro (de frente o camuflados) o de politiqueros de carrera para quienes el estado es botín? Mire bien: es difícil encontrar un diamante entre tanto casquillo.