El triunfo de la alcaldesa de Bogotá, Claudia Nayibe López, amenaza con producir un cataclismo en la política colombiana, por varias razones, la principal de las cuales es la derrota de los partidos tradicionales y la desaparición de muchos caciques, que se creían los dueños de los votos, las curules en el Concejo de Bogotá, la mermelada, los puestos para los amigos y las gabelas que produce el poder. Por eso tienen razón algunos comentaristas de prensa en poner el grito en el cielo y asustarse con el futuro. Hay una razón muy importante: vienen los malos.
Una periodista que en otros tiempos fue programadora de televisión, gracias a sus estrechos nexos con desaparecido jefe de la derecha, mostró el susto que reina en los sectores acostumbrados a detentar el poder y que se hallan en pleno retroceso. En su última columna de opinión dio una pista sobre el susto que reina en los viejos partidos tradicionales: hizo un parangón entre el peligro que corre la humanidad por la utilización de algunos químicos y el miedo de los detentadores del poder, que ha cambiado de propietarios.
La comentarista, que ha apoyado irrestrictamente al gobierno y a la derecha, dio una pista sobre el miedo que reina en sectores acostumbrados al poder, a los negocios y a los contratos. “Si no nos inventamos nuevas variedades” escribió, “la bacteria que conduce a la protesta, al desencanto y a la rebeldía contra las instituciones, a la incredulidad nos va a ir devorando. Y no va haber penicilina capaz de curar la infección social”. Cierto. Tiene razón la dama, que inclusive fue contratista de una notaría.
Me pregunto: ¿Cuál es la variedad que puede salvar a los dueños del poder? Sencillo atender las peticiones de los huelguista que recorrieron las calles haciendo sonar las cacerolas y que pedían más de cien cambios, incluyendo mejoras en los servicios de salud y en la educación, que debe ser gratuita y de calidad y no debe ser monopolio de las clases dirigentes que pueden enviar sus hijos a las mejores universidades nacionales y extranjeras. No todos tenemos treinta millones para pagar un semestre.
Entiendo que los ricos quieran defender sus privilegios. Pero deben pensar que hay millones de colombianos que necesitan ir al Hospital y educar a sus hijos. Y no se les puede pedir que se sacrifiquen para ayudar a los dueños del poder ¿O sí? GPT