Una de las características más peligrosas del colombiano, arrastrada por Bogotá, es su aldeanismo, que podemos definir como el creer que lo único importante es nuestra realidad alejada del resto del mundo, al cual a su vez lo idealizamos en la creencia que esa realidad es también de gran importancia para ellos.
Ese aislamiento hace que no nos importe la realidad exterior, sin entender que nosotros somos solo un peón en el ajedrez geopolítico mundial, que merece muy pocas columnas en la prensa mundial. Mientras, por decisión gubernamental, toda nuestra realidad gira alrededor de los acuerdos de la Habana, el nobel y la lucha política, el mundo se mueve en realidades bastantes graves, algunas de las cuales tendrán efecto directo en nuestra autista realidad.
Empecemos con el conflicto Rusia-Estados Unidos en Alepo. En la ciudad más grande de Siria, incluso mayor que su capital, Damasco, Alepo al noreste de Siria y fronteriza con territorios iraquíes donde ha tenido presencia el daesh, se concentra la oposición armada contra el régimen de Bashar Al-Asad, que este acusa de terroristas. Al régimen gobernante de siria, chiita ortodoxo se oponen grupos sunitas, extendiendo el conflicto religioso-político de oriente medio. Chiitas son también los iraníes y los iraquíes, hoy en el poder en ese país, mientras Arabia Saudita es suní. La relación de Siria y Rusia subsistió al fin de la guerra fría y por eso la aviación rusa está tan involucrada en Alepo en apoyo de Al-Asad. Por su parte, Gran Bretaña y Francia han apoyado a la oposición siria con el apoyo de Estados Unidos. El tema ha escalado ante la arremetida ruso-siria contra los rebeldes de Alepo, creando una situación humanitaria grave según los aliados occidentales que los han llevado a pensar en intervenir, llevand
o a que Rusia amenace con tumbar cualquier avión británico, francés o estadounidense si intervienen, que ha llevado a urgentes reuniones Estados Unidos-Rusia y a que en Rusia se hable de tercera guerra mundial.
China ha venido fortaleciéndose militarmente en el mar de China, poniendo nerviosos a los japoneses, sus eternos rivales en el Asia, que también han escalado el tema militar con el apoyo de Estados Unidos. China exige su posición de potencia mundial y supremacía en Asia, que ha creado desequilibrio geopolítico mundial. Mientras tanto Europa se debate en su crisis económica del euro, que los ha llevado a extremar la xenofobia y a calentar el viejo tema de las nacionalidades, que tienen a punto plebiscitos separatistas en Cataluña y Escocia, después del brexit.
La presión de Rusia sobre Ucrania, buscando recomponer el antiguo imperio ruso, ha creado una crisis con Europa, a través de la OTAN, que ha venido también escalando. El papel de mayor prestamista de China a Venezuela, la búsqueda por parte de Cuba de un “mecenas” en cabeza de Estados Unidos en sus condiciones, que llevó a ver palomitas blancas y banderas gringas en la Habana, rápidamente ha ido entrando en un enfriamiento complejo por el papel que la isla debía jugar en Venezuela, la alianza de Nicaragua con China potencializada por la cada vez mayor pérdida de mar de San Andrés por parte de Colombia (esta semana se vencen términos para responder una nueva demanda nicaragüense, que parece no importar a nadie) y el apoyo que el régimen de Corea ha tenido de Rusia, hace ver que nuestro famoso acuerdo de paz entra a jugar en el ajedrez geopolítico mundial. Como se ve, Estados Unidos parece estar siendo desafiado en todas partes, mostrando que la política de no intervención de Obama, recurrente por demás en Estados Unidos, estuvo errada. Uno no es el más grande del curso y no actuar, porque se desbarata el grupo.
Las próximas elecciones en Estados Unidos, que ojala gane Hillary Clinton, pues un mundo convulsionado en manos de un payaso es un riesgo que nos puede llevar al punto de no retorno, van a marcar un cambio en la geopolítica gringa. Las elecciones son el 18 de noviembre y el nuevo presidente arranca el 1 de enero de 2017. No es coincidencia que el cese al fuego entre el gobierno y las farc sea hasta el 31 de diciembre; el proceso de la Habana cayó en el cambio de gobierno gringo, cuando el No mostró que Colombia no estaba toda con los acuerdos planteando una nueva visión en la intervención gringa en el proceso, que había sido convencido por Santos del total apoyo.
Que la demencial y aldeana prensa colombiana siga poniendo en primera página las carpas de estudiantes por la paz; las farc saben que requieren aval gringo por su seguridad, así nuestro nobel de paz les firme lo que sea. Y ese aval pasó a un nuevo gobierno gringo más halcón que el que sale. Nos volvimos corcho en remolino, pues pusieron a jugar el peón en una gran crisis geopolítica, donde Estados Unidos no se puede dar el lujo de tener otro problema en su patio trasero. En Rusia están pintando palomas de paz con chaleco antibalas. ¿Aquí no, cierto?.