El acceso al agua en el mundo es un tema crítico, y en Cúcuta se ha intensificado el debate en torno a la gestión del agua, especialmente con la frase “no más Aguas Kapital”, que refleja un deseo de cambio.
Sin embargo, rechazar a la empresa actual no es suficiente; es fundamental valorar los avances, en sus justas proporciones, así como identificar los retos y oportunidades para la ciudad.
Como señala Noemí Clein en “Decir No, No Basta”, es vital entender las dinámicas subyacentes en problemas complejos, lo cual se aplica perfectamente a los servicios de acueducto y alcantarillado en Cúcuta.
Desde el inicio del contrato de operación en 2006, que concluirá en 2026, la cobertura del acueducto ha crecido del 86.5% al 99.5%, y en alcantarillado del 83.4% al 98.3%. La continuidad del servicio ha pasado del 55.1% al 100% en la ciudad, aunque aún queda por conectar todas las zonas rurales y asentamientos subnormales.
Este progreso es el resultado del esfuerzo conjunto de operarios y técnicos, y de los recursos provenientes de las facturas pagadas por los ciudadanos, los cuales son el verdadero motor del sistema; ignorar su papel en el futuro del acueducto sería un error.
Para mejorar los servicios de acueducto y alcantarillado, es esencial analizar las oportunidades financieras disponibles. Se debe implementar un plan ambicioso para reducir pérdidas técnicas y comerciales, ya que más del 46% del agua potable producida no se factura, lo que representa una gran pérdida para el esquema financiero.
En lugar de simplemente buscar nuevos operadores, debemos preguntarnos cómo gestionar mejor los recursos existentes. Las decisiones deben centrarse en el bienestar de los ciudadanos, asegurando que las eficiencias se reflejen en precios justos y en mayores inversiones, como el tratamiento de aguas residuales y la infraestructura verde.
Es crucial llevar a cabo un proceso técnico y transparente que explore alternativas para garantizar la sostenibilidad financiera del sistema, integrando poblaciones más allá de la ciudad, incluyendo áreas rurales y poblaciones fronterizas. Existen diferentes esquemas de operación que pueden proporcionar un mejor servicio, permitiendo que una gestión financiera eficiente realice inversiones estratégicas, generando recursos propios que beneficien a la capital del departamento.
En dicha dirección, la administración anterior de EIS Cúcuta SA ESP ha dejado valiosos estudios de consultoría que pueden guiar la operación de los servicios a partir de diciembre de 2026. Es fundamental considerar estas recomendaciones al evaluar el futuro de la gestión del agua en Cúcuta.
La situación del acueducto requiere un enfoque integral que reconozca los avances logrados y los desafíos pendientes. Decir “no más Aguas Kapital” es solo el primer paso; el verdadero trabajo radica en construir un sistema sostenible, eficiente y justo, con una perspectiva metropolitana. Los ciudadanos merecen un servicio de calidad, que solo se logrará mediante decisiones informadas y responsables, aprovechando las oportunidades financieras que pueden beneficiar a toda la ciudad.
En palabras de Noemí Clein, solo al desentrañar la complejidad de nuestros desafíos podremos forjar un sistema de agua que no solo funcione, sino que garantice justicia y sostenibilidad para cada cucuteño, solamente viable si le damos valor prioritario al interés general, garantizado mediante un esquema público que recupere la caja, el buen servicio a los usuarios y las decisiones estratégicas que nos preparen a las realidades que sin duda seguirán afectado por el cambio climático.
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