Amables lectores: Es inaudito que a un grupo de senadores, que todos sabemos no tienen iniciativa para nada provechoso para el país, se les haya ocurrido “proponer la creación de doce curules más en esa rama del Congreso con el pretexto de darle representación a los 6 departamentos que no la tienen en esa corporación legislativa”, como dice el columnista Ernesto de Lima.
Se olvidan estos senadores que Colombia ya tiene 108 senadores, 8 más que los Estados Unidos y que tiene un PIB 60 veces el colombiano. Tampoco quieren acordarse de que el Covid 19 ha impactado grandemente las finanzas de la Nación. Hoy se debe ser austero en el gasto para lograr reactivar la economía y recuperar los miles de empleos perdidos. De lo único que se acuerdan estos políticos es ser hábiles para aumentarse anualmente su jugosos salarios superando siempre la inflación.
Les hago un llamado a los congresistas a tomar como bandera el restringir los gastos improductivos y así reducir la pobreza al recuperar la economía. Mi propuesta es la siguiente: como en el país son 32 departamentos, se debe reducir el número de senadores a 64. Se debe garantizar a cada departamento su representación para elegir por derecho propio mínimo un senador. Así se tendrían 32 senadores y los otros 32 se elegirían por el sistema de circunscripción nacional.
Igualmente es insólita la existencia en Colombia de 18 ministerios cuando Estados Unidos tiene solo 14 secretarías de estado que equivalen a nuestros ministerios. Los dos últimos creados fueron los de cultura y deportes. Recordemos que un ministro devenga un salario muy superior al de los anteriores directores de Coldeportes y Colcultura que realizaban las labores de los hoy ministros.
De acuerdo con El Tiempo, para este 2021 el sueldo del Presidente está en 37,9 millones de pesos, la vicepresidenta gana 25,8 millones de pesos. Cada ministro gana 19,2 millones mensuales y 34,4 ganan los congresistas, el Fiscal General de la Nación, el Vicefiscal General, el Contralor General, el Procurador General, el Registrador Nacional y el Defensor del Pueblo. Como si fuera poco, el presidente de Colpensiones y el director de la UGPP se ganan la no despreciable suma de 36,9 millones. Lo anterior, sin contar que cada uno de esos nuevos entes debe tener esquemas de seguridad, carros blindados y un importante número de colaboradores.
Afirma Miguel Gómez Martínez: “vivimos un periodo en que el populismo florece y ya no es exclusivo de los países pobres. Hay populismo en México, Venezuela, Estados Unidos, Rusia y Europa e incluso en naciones del sudeste asiático”. La pandemia desbordó la prudencia y la grave crisis económica que ella ha generado es la justificación para todo tipo de subsidios, beneficios, exenciones, descuentos o alivios. Unos son justificables porque ayudan a alivar las necesidades prioritarias pero otros son inconvenientes, insostenibles e imposibles de financiar.
La competencia entre las fuerzas políticas de izquierda y de derecha están en un concurso de populismo. Es lamentable que la centroderecha se dispute la paternidad con la centroizquierda de un proyecto tan inconveniente para el país como la reducción de 48 horas a 40 horas de trabajo semanales. Este proyecto avanza sin tropiezos en el Congreso a sabiendas de que aumentarán los costos laborales y no generará nuevos puestos de trabajo. Es lamentable que los populistas de derecha estén de acuerdo con este proyecto.