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Efecto geométrico
Para todos es clara la ausencia de conciencia ciudadana en el área metropolitana.
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Viernes, 11 de Diciembre de 2020

Cúcuta está sufriendo una nueva ola de contagios de covid-19 y fallecimientos, y para agravar la situación clínica, un crecimiento en los decesos del personal médico.

Para todos es clara la ausencia de conciencia ciudadana en el área metropolitana, donde es fácil ver, particularmente a los jóvenes, incumpliendo las medidas básicas de bioseguridad, como uso del tapabocas y el distanciamiento social. 

Pero me atrevo a pensar que este no es el único causante del actual pico, que llegó con la dura temporada invernal. Cúcuta es por naturaleza una zona endémica a enfermedades infecciosas transmitidas por vectores (moscas y zancudos), cuyas poblaciones se disparan en temporada de lluvias, principalmente en agua estancadas. Si un zancudo pica a un infectado con el virus SARS Cov-2 y después a una persona sana, ese cruce sanguíneo haría pensar que se puede transmitir el coronavirus que produce la enfermedad del Covid. Cúcuta debería adelantar un estudio epidemiológico en este sentido, pues este es un fenómeno de la zona ecuatorial y la investigación solo se está desarrollando en el hemisferio norte. Estudios de este tipo deberían ser regulares, pero que, por nuestro rasgo cultural de vivir al día, en posición reactiva, sin medidas preventivas y mucho menos predictivas, solo esperamos que las amenazas se materialicen para reaccionar. No sé si por la temporada invernal se han hecho fumigaciones masivas para control de vectores, pues a ellos no les aplica el encierro.

Cúcuta, por otro lado, ha dejado, sin opinar o protestar, que en esta pandemia el gobierno nacional maneje el tema de la inmigración venezolana como si no hubiera una condición especial, y esperando desde Bogotá que Cúcuta amortigüé el efecto migratorio para el resto del país. Así se vió en el estudio de la FEN. Desde el interior del país permanentemente nos envían buses llenos de migrantes de venezolanos que “botan” en el área metropolitana. Y aquellos, cuya condición de población en estado de extrema pobreza y vulnerable en temas de salud, se convierten en factores de riesgo de expansión del virus, al tiempo que imponen una presión muy fuerte sobre nuestro muy limitado servicio de salud. No podemos cerrar nuestras casas y dejar nuestras fronteras internas y externas a la inmigración incontrolada, con directrices desde una lejana e indolente Bogotá. Menos venias a la burocracia nacional y más exigencias para el gobierno central, sería una buena política local y regional; no podemos seguir dejando que el país saque pecho por su labor humanitaria y que Cúcuta pague la factura. Respetar competencias no incluye que no exijamos respeto hacia nuestra región. 

En las ciudades prácticamente todas las variables están relacionadas entre sí. Las medidas de salud pública tienen relación directa con la política migratoria, la cual a su vez se relaciona con la seguridad y el desarrollo económico, que afectan al ambiente que produce efectos de salubridad, y sigue un largo etcétera. Por eso la planeación por compartimentos estancos, solo produce nuevos problemas. Y lo estanco aplica no solo a las variables, sino también a los alcances de las diferentes autoridades administrativas. No se puede desarrollar la política migratoria por las autoridades nacionales, y el plan de salud por la autoridad regional y el control de plagas por autoridades legales. El diseño estanco solo lleva al estancamiento.

Estas causas conjugadas no tienen efectos lineales, sino los efectos exponenciales que hoy nos tienen viviendo uno de nuestros más duros días. Pandemia, invierno y diáspora, juntos, sin planeación de ciudad y sin exigencias al gobierno nacional, nos pone en condición de crisis permanente, con los graves efectos económicos al ahuyentar inversión nacional y externa, que sufren las regiones conocidas como zonas  “problema” y para ayuda humanitaria. No me cansaré de insistir en que nuestro destino no puede ser vivir al día, preocupados solo de las marrullerías políticas locales, mientras las diferentes amenazas nos causan daños de impacto geométrico. 

 

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