Pasan los años y continúa el abuso contra el pueblo colombiano con el sistema de salud y nada que los gobiernos ponen fin a esa situación precaria e indignante, situación que prometen finiquitar los candidatos presidenciales y seguimos igual.
No solamente existe una situación casi de quiebra del sistema de salud, como consecuencia de la carencia de control adecuado, sino que además de ello, se abusa de la gente de menores recursos, pasando a ser un calvario.
Es común ver en ciudades como Cúcuta, personas de todas las edades expuestas al sol, esperando turno para entrar a las oficinas de las EPS.
Una entidad casi quebrada frente al Tonchalá empieza a repartir fichas a las 7:00 a. m. y las usuarios deben llegar desde las 2:00 de la mañana a hacer ‘cola’ para conseguir una de las 100 fichas, cuando a veces llegan más de 150 pacientes, sin encontrar solución a su problema y deben volver al día siguiente a hacer fila.
Se da la orden de asistir a un especialista y al llegar la persona a solicitar día para ser atendido, se encuentra con inexistencia de contrato con esa entidad y nueva ‘cola’.
A una paciente, le dieron orden de atención, se presenta a la entidad y le piden la autorización de la EPS para especialista, con nueva cola. La hace y le dicen que debe volver a los dos días a las 10 a.m.; ¿por qué no se le da la autorización de una vez? ¡Qué burla al usuario!
Frente a un club social, se ha obligado a salir a la Grancolombia a los usuarios, ocupando un carril generando trancones y pérdida de movilidad para los vehículos, con grave riesgo para los usuarios. Mínimo tres horas de espera para solucionar su problema, de la calle a otra fila en el primer piso y posteriormente en el segundo. Mínimo cuatro horas para resolverle el caso.
Caso especial el de Cúcuta, que no le respetan los turnos a los colombianos, cuando lo lógico, es que, si llega de turno 16 se le asigne el 17 pero no, se brincan los que tenían turnos asignados; señores ni una tutela puede desconocer los turnos de quienes llegaron primero, por cuanto envían unos dineros de Dinamarca y USA, ¡qué descaro!, sin saberse su destino, mucho más cuando hay tanta corrupción en el país. Elemental que se rinda información del uso de esos dineros de forma pública.
¿Quién controla estos casos humillantes de pleno maltrato a nuestros connacionales?.
Lo peor, es que Superintendencia de Salud no toma cartas en el asunto ni el Gobierno resuelve nada. Se quebró Cajanal, el ISS, Palacino casi acaba Cafesalud.
Debe hacerse un debate serio en el Congreso sobre estos atropellos, por la Contraloría y Procuraduría que son entes políticos. Ejemplo dan las ARS que otorgan citas por internet, costando 15 mil pesos a quienes no los tienen.