El gran perdedor de la primera vuelta presidencial fue el gobierno Duque y eso que Álvaro Gómez Hurtado llamaba el régimen. Ante el deterioro progresivo del modelo económico extractivo, el régimen buscando sostenerse buscó tomar políticas de tipo colectivista, como el crecimiento continuo de los subsidios, el engordamiento del estado y otras similares mientras abandonaba los principios de la democracia liberal de orden, libertad y desarrollo. Se fue para el inexistente centro y se perdió.
Iván Duque, el presidente burócrata vivió tan alejado de la realidad que horas antes de las elecciones dijo que si hubiera reelección el sería otra vez presidente, jugó a quedar bien con todos y como siempre sucede, quedó mal con todos. Otros cuatro años que Colombia perdió y nos acercó más al abismo del socialismo del siglo XXI.
El otro gran perdedor fue el centro. Fajardo perdió con Rodolfo en Antioquia, quedó de tercero en Medellín muy lejos del primero y el segundo, fue cuarto en Bogotá, gracias en gran parte a la desastrosa gestión de Claudia López. Ojalá aprenda y no se lance más.
El gran ganador fue Rodolfo Hernández, el ingeniero, el exalcalde de Bucaramanga, el santandereano que habla arrecho y el gran acertijo para Colombia. Como algo a tener en cuenta los cuatro candidatos en contienda eran todos exalcaldes. En dos años viene la pelea por las alcaldías que parece ser ahora el camino a la presidencia.
Petro no sorprendió, sacó lo que se esperaba y va por tercera vez a segunda vuelta, a pesar de la plata con que ha contado en esta campaña. Y Rodolfo recogerá todo el voto antipetro. Todos sabemos cómo sería Petro de presidente. ¿Y Rodolfo cómo será? Una cosa es clara, no representa el fin de la democracia liberal como Petro; no son comparables, son dos especies políticas diferentes.
El ingeniero encontró en la antipolítica, que no es lo mismo que ser de centro, su cantera electoral. Como en las carreras de caballos, el que viene de atrás, gana y eso es lo que ha mostrado Rodolfo Hernández contra todos los pronósticos. El anterior fenómeno político colombiano de alguien por quien nadie apostaba y que también era de origen regional se llama Álvaro Uribe, aunque ambos son personal y políticamente muy distintos, aunque el petrismo ahora querrá “unirlos”. Parece que Rodolfo va camino a convertirse en otro fenómeno político de gran calado pero tiene que jugar bien, pues las segundas vueltas son las del todo vale, sino pregúntenle al Nobel.
Como dice la Biblia por sus hechos los conocerán. Rodolfo es empresario y como dice ha trabajado toda la vida porque es la única forma de hacer riqueza en un mercado competido, hizo una buena gestión fiscal en su paso por la alcaldía y sacó del poder al serpo-samperismo “enquistado” por décadas en la ciudad y el departamento. Eso hace pensar que defenderá la economía de mercado; además, sus opiniones contra la burocracia y su gastadera hace pensar en un ajuste de su tamaño. La duda es como va a manejar esa jauría bogotana de los poderes públicos, tan falsos y tan peligrosos a la vez por su ataque en gavilla y por la espalda. Una cosa es la política local y otra la nacional, pero él tiene la ventaja de llegar por voto de opinión para no hipotecarse a ningún empresario de la política.
Ahora lo importante es ganar y protegerse de los ataques del santopetrismo, quienes iniciarán una campaña sucia que irá desde ligar a Rodolfo con Uribe hoy el mayor deselector de Colombia a mover sus fichas en el sector judicial para “agravar” su investigación, pasando por declararlo un senil fascista o un payaso que no tiene programa. Ya varios periodistas y caricaturistas progresistas empezaron su trabajo; ya están identificados.
En cualquier caso, Rodolfo Hernández es un paso atrás del abismo y esperamos que también sea el cambio que necesitamos.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: http://bit.ly/