Ningún presidente de Colombia ha invadido los medios de comunicación con tantas anécdotas personales como el actual. Asuntos de su vida íntima; disputas con políticos nacionales o extranjeros; reclamos a periodistas; acusaciones de acoso a sus familiares; réplicas individuales a opositores; incidentes de sus relaciones con amistades íntimas, etc. etc. agitan las redes sociales que recogen todo esto con morbosa complacencia o desatan furiosas contrarréplicas.
La oficina de prensa de la Casa de Nariño debe vivir un nerviosismo permanente porque su oficio puede parecerse más a un magazín de farándula que recibe a diario todo tipo de informaciones sugestivas.
Quizás uno de los episodios más publicitados es el que se refiere al comportamiento de quien parece ser amigo de confianza del presidente, el famoso Armando Benedetti. Se ocuparían demasiados renglones relatando todo lo que ha ocurrido y ocurre en este caso, y ya todos los medios se han solazado en repetirlo. Pero sólo llamo la atención sobre el hecho inverosímil de que un embajador (en varios países) ni siquiera permanece en la sede asignada, y la rigurosa Cancillería no se atreve ni a preguntarle por dónde anda.
Pero, por el contrario, las informaciones oficiales no registran inauguraciones de carreteras, ni inicio de proyectos estratégicos, ni corte de cintas de eventos deportivos; nada o casi nada relacionado con el desarrollo nacional figura en la agenda presidencial. Y su ausencia o retardo en eventos públicos parece indicar que al mandatario esas pequeñeces le parecen poca cosa.
Cabe preguntarse cómo avanza el país sin la orientación que debe dar el gobierno a la economía nacional y sin entender los propósitos fundamentales del jefe de estado. Cuando se conocen los informes del desempeño de las diversas agencias oficiales se revela la baja ejecución presupuestal que es un indicativo de su incompetencia.
No obstante, entidades del sector privado exhiben resultados positivos como es el caso de la Federación Nacional de Cafeteros, casi que a pesar del gobierno. Y otros gremios igualmente se esfuerzan por producir y comercializar sus activos peso a las dificultades que encuentra en la acción gubernamental.
Es muy lamentable que el país esté viviendo una permanente confrontación entre las diversas ramas del poder público, así como con los organismos de control; que se esté siempre acusando a gobiernos anteriores de los problemas actuales; y que se mantenga una constante acusación al sector privado por su presunta falta de atención a los más necesitados, cuando lo que se quisiera es ver a un gobierno encabezando el desarrollo sostenible del país y compartiendo con los gobiernos regionales y locales sus acciones de progreso.
Aunque no es la única forma de conocer el querer nacional, las encuestas indican que hay un descontento generalizado en el momento en que al presidente de la República le falta menos de la mitad de su período constitucional. Parece que no vamos por buen camino
ramirezperez2000@yahoo.com.mx
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