En la víspera del paro nacional, nos llamó la atención la declaración, bastante fuerte, del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, quien dijo en entrevista para El Tiempo, que las tasas de desempleo son “inaceptablemente altas” y agrega que no sabe qué es lo que está pasando.
Y la razón es que nos hemos quedado en doble dígito (10.9%) con la incidencia negativa que eso tiene sobre la economía en general y sobre el panorama social en particular.
En la medida en que la tasa de desempleo crece, quiere decir que una porción cada vez más alta de trabajadores se quedan sin fuente de ingresos, lo que de inmediato afecta el consumo de los hogares y pone en serios aprietos a las familias afectadas para poder subsistir.
Dos sectores son los llamados a incrementar sus dinámicas: En primer lugar, la industria que no ha sabido aprovechar el dólar alto, cercano a los $3.500, lo que significa una ventaja enorme al poder colocar los productos en los mercados externos. No sabemos cómo han fallado las políticas de promoción de las exportaciones no solo para productos tradicionales, sino para incorporar nuevas opciones productivas. Un ejemplo es el café, frente a las oportunidades de consumo en China: ese país con 1.400 millones de habitantes descubrió los beneficios del grano, y vemos que Starbucks invadió el país de tiendas, mientras que las del café de Colombia no se ven por ninguna parte.
Pero también podemos comprobar que los fabricantes nuestros no están familiarizados con las técnicas modernas de ventas en el exterior, lo que los coloca por fuera de las posibilidades del mercado. Las autoridades de comercio deben diseñar toda una política de capacitación para abordar con éxito las herramientas disponibles.
Y por otro lado, es necesario reactivar el sector de la construcción, en donde se han experimentado caídas apreciables. Si bien es cierto que el mercado de las viviendas de interés social ha podido crecer, el resto está estancado y en vivienda de estratos 4, 5 y 6, los inventarios son apreciables, porque no existen compradores. A todo esto, el impuesto al consumo ha afectado enormemente las transacciones de inmuebles. Las expectativas de recaudo por este concepto para el primer semestre eran de un billón de pesos, y solo se recaudaron $85.000 millones.
Hay que pensar en líneas de crédito blandos, en que el sector privado contribuya a la financiación de vivienda, y en otros mecanismos que permitan realizar las unidades disponibles, para que pueda haber un nuevo impulso en la construcción.
La disminución del desempleo, es el mejor aliciente para el crecimiento económico.