La cosa se sigue poniendo fea en Venezuela” es la frase popular que se oye en los corrillos en esta ciudad fronteriza, de cara a la realización de la elección hoy de la Asamblea Nacional Constituyente citada por el presidente Maduro.

Las protestas en la calle no paran, por el contrario se arrecian, tal como ocurrió esta semana con el paro de dos días y la toma de Caracas.

La represión por las fuerzas oficiales ha sido la respuesta constante a esas manifestaciones, lo mismo que las acciones violentas generadas por los colectivos armados afectos al gobierno.

Una de las consecuencias de esa situación es el abandono del país por parte de muchos venezolanos. Lo cual está ocurriendo desde hace varios años, cuando se hizo el diagnóstico de que las cosas no mejorarían en un corto plazo.

Para entonces, tal como lo analizan los economistas, emigraron grupos de familias con suficientes recursos, llegaron a Colombia como primer destino y fundaron empresas, sus hijos estudian en las universidades de Bogotá, Medellín y otras ciudades; algunos prefirieron otro domicilio como los Estados Unidos.

Para el presente, el éxodo desde ese país está conformado por la clase obrera y profesionales, quienes han emprendido esa aventura obligados por la situación económica y la incertidumbre de cuanto pueda suceder con una nueva constitución hecha a la medida del Castro-Chavismo.

Ellos están pasando por aquí por Cúcuta, sin que sean pocos los que se queden definitivamente.

Esto ha provocado una situación que apremia soluciones, porque se han encontrado grupos de estas personas durmiendo en los parques, algunos son portadores de enfermedades que necesitan atención médica, otros están dedicados a actividades callejeras con el objeto de obtener algún dinero para su sustento.

Ese avance de grupos de venezolanos hasta nuestro territorio se ha visto afectado por el cierre de operaciones de Avianca y Delta, sus rutas desde Caracas ya no son operadas por diversas causas; lo cual también forzara a otro grupo de personas a buscar salida usando la frontera que comunica con el Táchira.

Las autoridades locales conocedoras de esta situación están en la búsqueda de soluciones humanitarias y demandan la participación del gobierno nacional.

No es fácil cuantificar el número de personas que llegarán, porque ha tenido una progresión constante y hoy tiene ese empujón adicional por el efecto de la elección a la Constituyente.

En épocas pretéritas el desplazamiento se dio en el sentido contrario y poco a poco nuestros connacionales se asentaron principalmente en los estados Táchira, Zulia y Apure, también Caracas, muchos de esos compatriotas hoy también están de regreso.

El flujo migratorio entre países limítrofes está sujeto a esos cambios pendulares, hoy nos toca recibir a quienes  decidieron buscar mejor destino entre nosotros, mientras su país vira hacia una situación más justa y democrática , lo cual no habrá de ser muy lejos.