Dada la importancia que revisten para el país estos cargos, es indispensable contar con un talento humano de altas calidades no solo en el aspecto profesional, sino también en lo ético, moral y cultural, que sean garantía de desempeño, para lo cual es necesario exigir un perfil idóneo.
No me refiero al mejor ángulo para una fotografía o casting ni tampoco a la protuberante nariz del senador y periodista Juan Lozano, ni a los respingados y bellos perfiles, diseñados en serie por expertos cirujanos plásticos, quienes no les advierten a sus clientas que “lo que hoy sube, mañana puede caer”; sino al mínimo de condiciones exigidas para llenar una vacante.
La señorita Lucia Bustos Grande, aclaro, para evitar malos entendidos, sin parentesco alguno con ministros, notarios, médicos ni futbolistas, se presenta a un examen de conocimientos, como requisitos para aspirar a un cargo vacante en el viceministerio de Comercio Exterior, rotulado para crear la apariencia de algo con ciencia ficción: “Subgerente de proyectos futuristas de exportación”.
El examen constaba de una sola pregunta: ¿Que significa T.L.C.? La señorita Bustos Grande, haciendo alarde de sobradés y sin dudarlo un instante puso a prueba su par de neuronas buenas y contestó: “Tengo Lindo Cuerpo”.
Con esta “excelente” respuesta imaginábamos que “No” seria nombrada en el cargo vacante, pero oh sorpresa, a los tres días tomó posesión, acompañada de un político de apellido “Nometerán”, senador por el departamento del Putumayo, golpeado por el terrorismo de la guerrilla.
En el sector privado se exige un perfil para desempeñar hasta el oficio de mensajería.
Se requiere saber conducir bicicleta o moto, con seguro de accidente y licencia expedida por oficina de tránsito. En cargos de mayor rango es indispensable el dominio del inglés, el mandarín, conocimientos en sistemas y experiencia mínima de dos o tres años.
A mayor nivel del cargo: mejor preparación del aspirante. Esto es comprensible porque, ¿Cual dueño de empresa colocaría el manejo de su negocio en manos de un ignorante y menos aún en las de una persona sin escrúpulos , carente de ética y moral?.
Resulta paradójico que en nuestro país para acceder a los cargos públicos de elección popular, incluido el del Presidente, artículo 191 de la Constitución Nacional, solo se requiera ser colombiano por nacimiento, ciudadano en ejercicio y mayor de 30 años. ¿Cómo se puede entender que para manejar la principal empresa del país, no se tengan mayores exigencias de perfil?
Igual sucede para ser gobernador o alcalde y por esta razón vemos algunos departamentos o municipios manejados por personal no idóneo, ni en lo académico, ni en lo moral, con carencia total de honestidad y ética, pero sí con abundantes ambiciones de rápido enriquecimiento y con el convencimiento que los problemas judiciales, que pudiese generar su punible accionar durante el desempeño del cargo, posteriormente se solucionarán con el mismo dinero arrebatando a las carreteras o a la salud o la educación del pueblo engañado y comprado que los eligió. Que tal la burla de los avales dados a candidatos judicialmente cuestionados. Se dan avales a un ex alcalde a quien durante su mandato le decían Luis XV por aquello del 15 % que pedía por cada contrato que adjudicaba y así a muchos otros personajes que todos conocen por su rápido e inexplicable enriquecimiento y otros con amistades poco recomendables.
Adenda: un niño entra corriendo feliz a su casa y dice: Papito aprobé segundo primaria y mi abuelo me regaló una alcancía de “Marranito para ahorrar“. Ya puedo ser alcalde o gobernador.