Quién era Mariano Ospina Pérez? Me preguntaron a propósito de la puesta en boca de muchos y su frecuente aparición en las noticias locales de este nombre a propósito de lo que ocurre con el puente colgante que une a Cúcuta con el vecino municipio de El Zulia.
Como no tenía toda la respuesta a mano tuve que acudir a la internet para obtener un respuesta lo más precisa posible y me topé con la realidad de los políticos colombianos, la misma desde cuando se erigió en República hasta nuestros días.
Pues bien este señor Ospina Pérez, fue el cuadragésimo presidente de Colombia, nació en Medellín, era un delfín por ser el nieto de Mariano Ospina Rodríguez quien también fue presidente de Colombia y sobrino de Pedro Nel Ospina, también expresidente, es decir todos formaban parte de la Casa Ospina, epónimo elegante usado para designar una casta política que como cualquier monarquía ocupaba la presidencia por sucesión con uno de sus miembros, generación tras generación. Este último nos gobernó entre 1946 y 1950 y representaba al partido conservador.
Pero ¿por qué a ese puente de El Zulia lo llaman así? Tal vez obedece a una moda de bautizar con ese nombre a los puentes en Colombia construidos en la década de los cincuenta.
Tienen ese mismo nombre el puente colgante sobre el rio Magdalena y une a los departamentos de Cundinamarca y Tolima entre Girardot y Flandes, fue inaugurado en 1950, cuando Ospina Pérez era presidente y el puente que une los municipios de La Unión y La Victoria en el Valle del Cauca y cruza el rio Cauca en ese sector, este fue inaugurado en 1954 durante la presidencia de Gustavo Rojas Pinilla. Así que hay tres puentes, todos importantes con el mismo nombre.
El nuestro ha servido para la comunicación terrestre entre los municipios del departamento y durante muchos años en su entorno también ha sido el sitio de encuentro de las familias de la región para recrearse y realizar los típicos paseos de olla aprovechando el caudal de ese importante rio. Pero con el paso del tiempo el puente se volvió viejo y obsoleto, además de insuficiente para el flujo vehicular de pasajeros y carga que por allí transita.
Así que, desde hace mucho rato se lanzaron alertas sobre su deterioro y el peligro que representa y podría decirse que estuvo a punto de colapsar y dejar interrumpido el paso entre Cúcuta y los municipios de occidente y la costa Caribe. Por fortuna, a pesar de los atrasos y falta de atención durante años, se iniciaron las obras que buscan reforzarlo, mejorar la infraestructura y volverlo seguro. Para ello debieron adecuarse vía alternas y tomar medidas para permitir solo el tránsito de peatones y motociclistas con sus vehículos apagados, todo ello dentro de un plan que busca poder terminar las obras y hacer seguro el tránsito por esta vía, como una medida temporal.
Está bien la intervención que se hace del puente de El Zulia, pero la verdad es que se necesita la construcción de uno nuevo, moderno y funcional que responda a las necesidades de los viajeros por esta ruta al menos durante los próximos cincuenta años. Si nos conformamos con las obras que se adelantan, con eso nos quedaremos. Ese es un reto para la dirigencia local y regional, que ojala salga avante en un corto plazo para que no se dilate una solución definitiva y duradera.
